En el Tantra, como en todo el sistema Yoga, se enseñan varios métodos con muchas variantes para despertar y canalizar la energía vital. Dice el Gheranda Samhita, un manual de Hatha Yoga del siglo XVII: “La gran diosa, Kundalini, la energía primordial del Ser, duerme en la región sexual del cuerpo. Tiene una forma parecida a una serpiente enroscada tres vueltas y media. Mientras permanece dormida, el alma individual está limitada y no surge el verdadero conocimiento. Pero igual que la llave correcta abre una puerta determinada, el Hatha Yoga abre la puerta del Kundalini, permitiendo así que el ser experimente a Brahma y obtenga la Liberación”. Luego, el Tantra Yoga como herramienta lo “hace posible” de a dos.
Compartir por escrito diferentes técnicas, puede ser útil, servir como información y referencia, pero hay que tener en cuenta que la vivencia lo enseña más eficientemente. Además, generalmente, las técnicas y métodos son en última instancia, inútiles sin el trabajo sincero y la actitud adecuada del caminante que quiere vivir una experiencia de Yoga, una buena polarización, activación de la energía y el vislumbre de algo más profundo.
Los seres humanos cuando aún estamos en una etapa de pre-conciencia, como en la actualidad, incluyéndonos todos, aun a los más preparados en cualquier aspecto; tenemos prejuicios de clases, raza, sexo, género, credos y estamos manejados, casi totalmente, por lo que llamamos destino y los condicionamientos que nos rodean, casi todo influye en nuestras acciones, manejándonos la vida si no despertamos. Esto se debe a que le tenemos miedo a la vida, porque desconocemos como dirigirla o vivirla, así como el sentido o propósito que tiene.
Cuando ya entramos en una etapa de conciencia de lo que nos rodea y nos mueve nos vamos afirmando; ese miedo se transforma en respeto, comenzamos a modificar y mejorar nuestra propia vida y la de los demás, utilizando el esfuerzo personal con cualquier método dentro las leyes de la naturaleza. Es importante destacar la motivación, estímulo y alegría que da a la vida todo lo que gira entre lo femenino y masculino, es realmente extraordinario. Claro que para llegar a darse cuenta de ello hay que dejar de lado todos los prejuicios sin irse al extremo del libertinaje o la degradación, es decir, usando el sentido común. Aprovechando esta energía viviremos más contentos y sólo requiere un poco de necesidad interior, conciencia de todas las posibilidades y voluntad para lograr el objetivo que nos fijemos
En una relación íntima de pareja, espontánea, esporádica o duradera, las destrezas o métodos para relacionarse con el otro que se puedan aprender son ventajosos, ilustran y ayudan; pero lo más importante es el estilo o el mudra, la actitud que interna y externamente se manifiesta y emana a través de la persona y refleja casi siempre lo que trae nuestra alma. Esto que fluye del interior tiene que ser inspirado al menos por un amor, aunque sea superficial, mejor si es más profundo, o simplemente debe existir por lo menos la motivación de disfrutar, con otro, de uno mismo. Se puede afirmar que lo que hace maravillosa cualquier relación es el contenido auténtico de las partes; los medios ayudan pero no crean la música entre dos seres, esto debe nacer del alma, de la necesidad natural de algo más, con esto no quiero decir que una relación física sea algo superficial; todo viene de la fuente, sólo necesita ser legítimo.
Tan importante es todo esto, que por más que sea una mujer bella y extraordinaria o un hombre maravilloso en todo sentido, si no encuentran la sintonía, la vibración de dos afinando, casi nada resulta y será una experiencia intrascendente, fácil de olvidar. Lo importante no es tener éxito como hombres muy machos o mujeres muy mujeres, pues no debe existir competencia en una relación íntima, sino que tiene que fluir un poco de cariño sincero, sólo eso, pase lo que pase, aunque no se llegara a un orgasmo, a algo ideal y sofisticado; si algo entregamos y un poco recibimos en cualquier experiencia que vivamos, entonces es un éxito completo que te alimenta y cura el alma.
Antes de utilizar cualquier técnica, lo recomendable para un ritual, a través del cual podamos marcar una diferencia, es la preparación: darse un buen baño, llevar ropa cómoda, dejar pendientes a un lado, desconectar y apagar todo lo que pueda interrumpir, dejar compromisos, estar descansados, tranquilos y lo más hermosos que podamos estar; como algo previo se puede hacer algún masaje, caricias, ternura, conversación, en síntesis, prepararnos como si fuéramos a una fiesta muy importante o a meditar, en realidad es esa la práctica, sólo que de a dos, en polaridad.
Las experiencias de ambos en el pasado pueden influir si no limpiamos todo, la pornografía, junto con todo tipo de propaganda sensual carga al hombre de manera tal manera que no puede manejar bien sus instintos, los resentimientos y también los fracasos en otros momentos molestan e interfieren mucho, sobre todo en la mujer. Por eso hay que deshacerse del pasado; además, ella debe darse libertad y haber superado todo falso pudor.
Si estamos acostumbrados a dilapidar la energía se nos dificultará profundizar, centrarnos y elevarla, pues no querremos levantar nada. Las experiencias espontáneas son maravillosas, se aprende, es muy estimulante y se conoce mucha gente de manera íntima, pero, eso tendría que ser sólo una etapa, pues la energía se vuelve un torbellino que se expande y es más factible que luego esa fuerza nos arrastre hacia la degradación si no paramos y la dirigimos hacia algo creativo. Puedo asegurar que no es recomendable dispersarse o desparramarse sexualmente de un lado para otro por demasiado tiempo, luego de ganar experiencias lo mejor es buscar calidad y no cantidad, eso le da a la vida mayor intensidad y felicidad.
La energía de la pareja puede bajar, estancarse, horizontalizarse y subir, estas posibilidades son bien reales y podemos manejarlo concientemente, elegir hacia dónde dirigirla y luego los frutos nos dirán por dónde andamos. El esquema del capítulo “Sexualidad Sagrada y Circulación de la Energía” explica de manera simple las posibilidades en cualquier técnica que usemos y experiencia que vivamos. De todos modos siempre hay que dejar lugar a lo espontáneo.
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