jueves, 31 de mayo de 2018

Chispazos del Ser

Recordando y revisando muchos años y días de mi vida por el sur de América, dentro y fuera de la RedGFU, momentos simples, a la vez maravillosos, y otros momentos difíciles de gran aprendizaje; pero, todos, todos, fueron dando un resultado en mi interior que me llevó a ser simplemente feliz, con momentos de plenitud.

Empecé un día en un grupo de Yamines de la RedGFU de Córdoba, muy deprimido y sin encontrarle la vuelta al sentido de la vida. Fue un largo camino recorrido, en el que a medida que avanzaba, con mucho esfuerzo, el horizonte se despejaba un poquito más todos los días, hasta que pude ver un rayo de luz...

Por eso, aun viendo una problemática interna que parece difícil, porque, aunque sabemos que la Iniciación es cambio dinámico, nos cuesta ́mudar de aire ́, por las resistencias a los cambios que tenemos los humanos.

Pero revisando la vida, me siento muy optimista y más entusiasmado, con ganas de resolver problemas, seguir abriendo puentes, buscando caminos nuevos, sabiendo que, si seguimos el Gran Sendero, todo fluirá para bien de todos.

Dijo el Maestro: ”Soy un Iniciado y nunca un terminado, como los que dicen que así fue, así es y así será, por los siglos de los siglos... Y luego se dedican a pelear con los que son de otra manera”. Lo sigo Maestro...

lunes, 7 de mayo de 2018

Cartas de Coatepec 4

La verdadera práctica de la Teúrgia se manifiesta, cuando ayudamos a otros a encontrar su camino a la consciencia de unidad.

Costa Rica.

Unos días fuera de Coatepec y el ashram se extrañan, por la familia y la fuerza extraordinaria de ese lugar con sus tres Cámaras, que señalan un camino completo de conocimiento y realización hacia la Gran Cámara que es el mundo.

Quien pasa por cada una de ellas y las experimenta en su alma, ingresa al mundo con “ojos para ver y oídos para oír”, ya que, en todo el proceso de años, se va desarrollando el nivel de la persona para su felicidad y el del espíritu para su realización de manera integral, desde lo humano a lo sagrado, poco a poco, sin perder la preciosa humanidad. Aparece entonces el ojo de la intuición que percibe al Ser, y lo esencial se vuelve visible a los ojos del alma.

-Decía San Buenaventura: “Todo conocimiento es una especie de illuminatio. Así pues, existe una iluminación exterior e inferior (lumen exterius y lumen inferius), que nos permite iluminar el ojo de la carne y conocer los objetos sensoriales, una lumen interius, que ilumina el ojo de la razón y nos proporciona el conocimiento de las verdades filosóficas, y una lumen superius, la luz del Ser trascendente, que ilumina el ojo de la contemplación y nos revela la verdad curativa, «la verdad que nos ilumina».

En el mundo externo, encontramos un vesitigium, un «vestigio de Dios», y el ojo de la carne percibe este vestigio (que se manifiesta como una diversidad de objetos separados en el espacio y en el tiempo). En nosotros mismos, en nuestro propio psiquismo -especialmente en la «triple actividad del alma» (memoria, entendimiento y voluntad)- el ojo mental nos revela una “imago” de Dios (imagen interna, aquella representación que la mayor parte de la veces es inconsciente y no coincide con la realidad). Finalmente, a través del ojo de la contemplación, iluminado por el lumen superius, descubrimos el mundo trascendente que existe más allá de los sentidos y de la razón, la misma Esencia Divina. La verdadera realidad fuera de la realidad.

Por el AIM, pasaron iluminados que siguen mostrando el camino desde los planos más sutiles, pues la presencia mental y espiritual de esa gran alma que es el Hermano Mayor se percibe siempre; acompaña también la fuerza en inspiración del Maestro José Marcelli en cada disciplina del ashram.

Pero la vida es muy hermosa en cualquier parte. El viernes 2 de marzo la armonización me tocó por el Caribe, en playa bonita El Limón, Costa Rica. Apenas llegamos a la arena y nos sentamos a meditar, como a las 5 de la mañana. En instantes comenzó a llover y se desató una tormenta con viento fuerte; la lluvia y el frío casi nos convencen de irnos, pero simplemente nos refugiamos en una lona a la orilla de la playa, estuvimos unos minutos viviendo la fuerza de los elementos y nos levantamos para practicar un poco de Wu Shu o Tai Do. El cuerpo comenzó a calentarse y al final con alegría nos fuimos al agua. Ya mojados, no hacía la diferencia, además el baño matutino en el mar es una delicia.

El horizonte empezó a clarear, se despejaron algunas nubes y aparecieron unos rayos de sol anunciando el amanecer. De repente, se calmó el viento, se fue la lluvia, y cuando mire hacia arriba, mientras flotaba en el medio de la bahía, apareció un increíble arcoiris sobre las dos puntas de la playa, con todos los colores nítidos; a la vez volaron muchas aves que salieron de los árboles de la costa. No podíamos creer lo que estaba pasando, parecía un portal al cielo para nosotros; para coronar. Apareció otro más arriba, los pájaros cantaban, los congos, monos aulladores se hacían notar, los colores se volvieron mágicos. Nos pasamos mirando el horizonte en el mar con el amanecer y los sorprendentes matices en el oeste. Nadie se preocupó de tomar fotos por el momento tan maravilloso, sin viento, todo en paz; sol cálido, aguas calmas y tibias, pura luminosidad, que se notó mucho más, luego de mostrarnos su fuerza y oscuridad la tormenta.

Cartas de Coatepec 3

El Gurú Don Guillermo Granados, luego de un magnífico Ceremonial, compartió de manera sabia, lo que vivía en la universidad, haciendo una analogía con un camino de superación e Iniciático, le solicite entonces que escribiera algo de esa experiencia.

“Les platicaré que me dediqué profesionalmente a la docencia por varias décadas. En esa institución de educación superior existe una pista de atletismo, donde entrenaban (y entrenan) los que aspiran a ser representantes institucionales en las competencias regionales, nacionales e internacionales. Aparte, también asistían otro tipo de corredores, que lo hacían por diversión o por adquirir cierta condición física, o por lo que fuera.

Pues bien, hace algunos años, en mis ratos libres como docente, corría en esa misma pista con compañeros de trabajo o con estudiantes que entrenaban con ahínco para ser mejores corredores en su especialidad. Algo que aprendí de ellos es que cuando la pista estaba congestionada de gente que pasaba por ahí a dar un par de vueltas u otros corredores que estaban en calentamiento, los deportistas que ya habían calentado y que llevaban un ritmo rápido, porque así se los exigía su entrenador, al ver que en su carril donde ellos estaban corriendo había gente ocupando ese espacio, con un ritmo mucho más lento, para que les cedieran el carril, les gritaban: ¡pista!

Eso alertaba a los corredores lentos, que inmediatamente se cambiaban de carril para dar paso al veloz corredor, al mejor, al más apto en esos momentos, al que quería ser un buen representante institucional.”

Así de simple, pedían pista cuando llegaban al punto de pasarlos, y aquellos les

cedían el lugar para que continuaran el camino los más rápido posible, a su ritmo. Se produjo entonces un buen diálogo, donde todos participamos expresando comentarios relacionados. A veces, en diferentes caminos de superación, hay seres humanos que frenan a otros porque ven que van más rápido y los rebasarán. Por eso hay que saber que con las cosas del alma, no puede ni debe haber competencia, pues cada uno tiene que vivir lo que necesita, de acuerdo con la etapa en que se encuentra en el “juego” de la vida y desde ese punto de partida, dar lo mejor de sí mismo. Entonces, ¿porque no cederles el paso y hasta ayudarles a seguir?