viernes, 1 de septiembre de 2017

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Afinando con lo sutil de la vida, la Luz…

Siete rayos, niveles, tonos, vibraciones, colores… De esos 7, el Séptimo Rayo es la vibración que nos afina con la Magia, el Orden, el Ceremonial y el Ritual.

Cuando trabajamos el Séptimo rayo, aprendemos a buscar las cosas decentes y ordenadas, también lo noble, digno y metódico.

La clave es afinar con lo más conveniente y constructivo, pronunciando las palabras correctas en el momento oportuno; generando en nosotros una mentalidad abierta, auténtica, humilde y dispuesta a cambiar lo que se necesite para crecer. Esto da una capacidad de liderazgo, fuerza para crear orden, darle un ritmo a la vida con cierta alegría y solemnidad para valorar lo que hacemos; a la vez, ayuda y nos da energía para coordinar grupos para el bien común.

Por eso es importante en un hogar lograr tener por lo menos tres santuarios sagrados; uno para lo espiritual, otro para comer, más la cocina, y el tercero, la recamara, para un vínculo profundo hacia el Ser en la pareja. Buscar lo Sagrado en todo, eleva a la familia a una vibración de amor y unidad.

La vida se mueve con la magia de la ley de vibración, todo el universo vibra y crea continuamente nuevas formas de vida; es así que cómo pensamos, así sentimos, cómo sentimos, vibramos, y de acuerdo a cómo vibramos eso atraemos. Por eso las prácticas para desarrollar las características del rayo ceremonial, como los rituales de Teúrgia y el Antenaje, son tan importantes, pues nos elevan a un nivel más sutil de vibración en nuestros 4 elementos y poco a poco nuestra vida se va impregnando de un poco más de luz.