lunes, 15 de mayo de 2017

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Sobre el Ser, el deseo, el amor y los vínculos.
             No es sabio el que deja de desear, ni el que reprime sus deseos, sino el que desea lo que le hace bien.
Baruch Spinoza
Quizás el deseo más bello sea el de querer Ser. Cuanto más uno se esfuerza por buscar lo que le es útil, lo que le hace bien, lo que lo hace feliz, lo que aumenta su potencia y le vuelve más intensa y bella la vida, más virtuoso puede ser.
Desde este punto de vista, por virtud y potencia debemos entender la misma cosa: la esencia del ser humano en tanto quiere Querer ser, Saber existir, Osar vivir y Callar lo que ya no le sirve. Siempre en el esfuerzo por conservarse a sí mismo.
Si fluímos de manera natural, entonces deseo, potencia, virtud, razón e intuición se alinean en una única tendencia, la esencia de lo humano que intenta ante todo proseguir en el ser y aumentar su fuerza.
Por eso solo buscar reconocimiento y halagos de otros seres humanos, generalmente es un gran impedimento para crecer realmente hacia el Ser, porque para lograrlo es necesario vivir alienados, en una sociedad que aún sigue en lo superficial, donde la imagen lo es todo; entonces una aceptación y reconocimiento de esa sociedad nos lleva al vacío, pues el camino hacia alguna iluminación o la plenitud real de la vida es justamente el sendero contrario.

Sé que tener seguridad, bienes, familia, un lugar en el mundo, es algo fundamental para cada ser humano; sin embargo, depender o apoyarse solo en eso, únicamente sirve para pasar muy bien la vida, lo cual es bueno, pero hay más: la posibilidad de tratar de trascenderla y recordar que somos eternos.