1° De Mayo del 2016, día del Gurú

Todo  lo que ha venido ocurriendo en los últimos años en la gran familia Espiritual de la RedGFU SOA ha sido una experiencia hermosa; algo que llegó a su punto más elevado los últimos días de abril de 2016  hasta el 1° de mayo con la graduación de nuevos jerarcas en la línea del servicio a la humanidad: tres nuevos miembros en el grado de Gag pa, ocho nuevos miembros en el grado de Gelong, tres nuevos miembros en la alta jerarquía investidos dos con el grado de Gurú y uno con el de Sat Chellah.

Cuando algunos seres humanos crecen, crecemos todos, y como se trata de una Orden de servicio, donde a mayor altura debemos tener mayor humildad, todos felices cuando alguien avanza.

Fue tan especial la fiesta del pasado 1° de mayo en todos los sentidos, que la gran cantidad de gente que se hizo presente en el Ashram Interno Mundial se fue entusiasmada y conmovida. Quedamos tan agradecidos por el esfuerzo y la sabia guía del Sat Chellah Gustavo Toro Uribe, que debemos expresarlo, pues vemos que el universo nos asiste en este linaje y él ha demostrado una gran inspiración y sabiduría en una línea que trae un gran aporte para el desarrollo de la consciencia en el mundo.

El ahora Sat Chellah Don Javier Eugenio Ferrara ha evidenciado su espíritu de servicio y con toda seguridad dará lo mejor de sí, pues ya caminó el Sendero del Gurú y ahora se inicia en el del discipulado elevado. Por su parte, los dos Maestros que hoy ostentan el grado de Gurú comienzan a recorrer el camino que propone la Orden del Aquarius. Tanto el H. Gurú Don Armando Navarro como el H. Gurú Don Luis Cesar Ortega han caminado el sendero del servicio incondicional durante 40 años. Ahora será una labor de tiempo completo.  Su nobleza,  generosidad y servicio a la vida fue algo fundamental en el trabajo hacia el desarrollo de la Consciencia por medio de la RedGFU y la Suprema Orden del Aquarius.  Tendremos la oportunidad de aprovechar su experiencia y sabiduría con el toque mágico de la fuerza del linaje Iniciático que recibieron en su consagración. Cuando la Orden entrega el legado tradicional de sabiduría y al encomendar el trabajo del servicio al universo todo se vuelve diferente y el cambio es tan grande que realmente se nace de nuevo en espíritu y en verdad. El servicio se brinda en todos los niveles desde el comienzo en el sendero iniciático pero se transforma en el cuarto, en el grado de Gurú: el que disipa las tinieblas. Cuando un ser humano se conecta con ese amor universal, por encima de su persona, cualquiera que se acerque beberá amor, pero es un sentimiento que no fluye de su persona sino de la misma fuente, pues el Gurú es un puente. Entonces, cuando alguien se acerque a él en esa sintonía estará enriquecido por la fuente misma de todas las cosas.

Decía el Maestro José Marcelli que cada uno debería darse cuenta de la altura que ha alcanzado su conciencia. Todo es legítimo si es honesto y se le da un curso positivo. Podemos haber alcanzado apenas un nivel instintivo, y eso no es malo si nos mantenemos sanos y activos. Los instintos no son nada despreciables. Lo que no es correcto es que los encaucemos hacia actitudes agresivas que caigan en la falta del respeto y en el plano de lo ordinario.

Cuando el centro de gravedad de la conciencia humana vibra en el plano emocional  podemos aprovecharla para dar belleza y armonía a nuestras acciones, pero debemos cuidar que no se inclinen a lo pasional o hacia el sentimentalismo o los chantajes morales.

Cuando la conciencia gravita sobre lo racional podemos pensar científicamente y conocer las leyes universales que manifiestan el plan cósmico del universo. Debemos cuidar que el intelecto no se escude en la frialdad de la razón y trate de imponer la prepotencia de lo técnico sobre lo moral.

Si el ser humano es capaz  de amar a sus enemigos y se siente libre de celos, miedo y  envidia, es porque la conciencia ya tiene su centro en lo espiritual y comienza a afrontar la  libertad en todo su esplendor.

La perfección es un mito. Aspiramos a la evolución consciente. Debemos aspirar a hacer lo que tengamos que hacer bien hecho y bien vivido. En el plano humano siempre tendremos instintos, no podríamos sobrevivir sin ellos. Igualmente, siempre tendremos emociones, pues sin ellas seríamos inválidos morales. Siempre tendremos intelecto al tratarse de seres humanos racionales, y sin él seríamos simples animales.  Y, siempre tendremos espíritu para poder amar y aspirar a la libertad, pues sin él dejaríamos de SER, cosa que nunca podría suceder, pues somos eternos.

Requerimos, como seres humanos en un trabajo de perfeccionamiento espiritual, que el centro de gravedad de la conciencia se eleve gradualmente de lo instintivo a lo moral, de lo moral a lo racional y de lo intelectual a lo espiritual, para que con el tiempo se alcance la plenitud de la conciencia de la unicidad.

Gurú Constancio.

Italia 10-5-2016.