sábado, 29 de octubre de 2016

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El Fuego Sagrado
El fuego Sagrado tiene una función y un significado profundo en el desarrollo y evolución de la consciencia, es el puente con lo superior a lo humano. El fuego como elemento, siempre es puente, purificador y transformador, quema lo que no sirve y aleja lo inferior. Como es un elemento que sirve de paso a otra dimensión no se pone en una mesa, mucho menos abajo en el suelo porque puede servir de puente con lo inferior; preferiblemente colgado a igual o un poco más arriba de la altura de la frente cuando estamos parados.


El fuego que se enciende con la intención que sirva de puente con lo Sagrado le da al hogar una
posibilidad de ir a una dimensión mas sutil, alegre e integrada de la vida. Diría que con un fuego encendido y las personas conectadas, desaparece el estado de separatividad que muchas veces tenemos.
 Limpia y prepara el ambiente para cualquier acto ritual, meditación, Ceremonial como Antenaje o momento de intimidad Sagrada en la pareja.
Con el tiempo si se observan bien, verán que a veces se vuelve afín con el estado de ánimo, se “apaga con nosotros”, nos sirve para volver a encendernos y recordar la meta de volver a la fuente. Mirar el fuego en la meditación te lleva hacia el alma, aquí es conveniente sobre una mesita usar otro fuego para mirarlo con los ojos entrecerrados. Lo mejor que podemos hacer en un hogar es mantener un fuego encendido. Cuando se enciende además de una oración especial y constructiva, es un momento de abrir el corazón, reconocer y aceptar nuestras cualidades positivas y negativas, sanar el alma, sonreír a la vida, y la vida nos sonreirá.
Sentir la luz por nuestras venas, irradiarla con alegría, convivir, compartir. Ese será el sentido de mantener un fuego para que en ningún momento se nos olvide.
El fuego purifica, anima e ilumina y así se notará esa sutil diferencia en el hogar o en el lugar donde se encienda. Con el tiempo nos damos cuenta que lo sutil es más poderoso que lo denso. El fuego aleja a las formas de vida inferiores a la vida humana, aunque no lo veamos, eliminamos “parásitos” en el lugar. Ese es el efecto que produce el humo del incienso, especialmente cuando son resinas puras como el Incienso, Sándalo, Mirra… además de perfumar el ambiente.
La mejor protección para pasar una noche en un bosque con animales depredadores nocturnos, es encender una hoguera, nada peligroso se acerca, solo que tenga dos piernas. 
 Veo un mundo que se llenará de hogares con un fuego Sagrado encendido, con seres humanos más conscientes en busca de lo mejor de sí mismos. Imaginen que cada fuego “encienda” más fuegos, más consciencia de la vida, más unión con la Inteligencia que nos dió esa vida. De alguna manera esos fuegos están unidos, ayudando a circular la luz y formando en lo sutil una gran llama en el mundo. Ya estamos en estos momento muchas personas sintonizandonos por medio del fuego en el Antenaje y el Ceremonial. Poco a poco notaremos esa fuerza en todas partes.
 Es muy antigua su utilización, en todas las grandes culturas, en realidad las más sabias, nos cuenta la historia en un artículo en Wikipedia, “El fuego sagrado de Vesta, quien en la mitología romana era la diosa de la tierra, del fuego y del humo, era central en la piedad romana. Durante
siglos, hubo una llama eterna que ardía en el Templo de Vesta en el Foro romano. Según Dionisio de Halicarnaso, los romanos creían que el fuego estaba íntimamente vinculado con la fortuna de la ciudad y se veía su extinción como la premonición de un desastre.
En origen, la práctica de mantener un fuego era central para el bienestar doméstico: para los romanos, mantener un fuego constante era a menudo más fácil que volver a encender uno con regularidad. El culto de Vesta creció a partir de esta práctica. El cargo de vestal, encargada de cuidar del fuego sagrado, era desempeñado en origen por las hijas del rey de Roma, quienes, como otras jóvenes romanas, estaban encargadas de cuidar el fuego del hogar.
El fuego en el templo de Vesta, que era representada ella misma como una llama viva (Ovidio, Fastos, VI), era por tanto el fuego del hogar de la ciudad. Como la extinción del fuego del hogar era una desgracia para una familia, de la misma manera la extinción de la llama de Vesta se pensaba que traía consigo un desastre nacional para Roma, lo que explica el severo castigo (normalmente la muerte) de las vestales que permitieran que el fuego se apagase.
Las vírgenes vestales (originalmente eran dos, pero luego se incrementaron hasta ser cuatro y luego seis) servían durante treinta años, cuidaban del fuego sagrado y llevaban a cabo otros rituales relacionados con la vida doméstica; entre ellos, estaban el ritual de barrer el templo el 15 de junio y la preparación de comidas para determinadas fiestas. Por analogía, también cuidaban de la vida y el alma de la ciudad y del cuerpo político a través del fuego sagrado de Vesta, que se renovaba cada año en las calendas de marzo.
El fuego sagrado ardía en el Templo circular de Vesta, que fue construido en época anterior a la República romana, en el Foro romano bajo la colina Palatina.”
En Machu Picchu, en la fiesta del fuego Nuevo, cuentan que antes de renovar el fuego en el
Amarre del Sol, apagaban todos los fogones, como acompañando el momento en que “moría el Sol” al ser el momento justo donde más alejado estaba del planeta, así con todos los fuegos apagados del Cuzco, se volvía a encender y para encender el “fuego nuevo” se utilizaba un espejo cóncavo de oro y con la superficie muy brillante que permitía concentrar los rayos del sol y luego reflejarlos sobre un poco de lana de camello, así encender una llama que luego al soplar estaba listo el fuego que era repartido desde una fogata a todos los fogones.  
Actualmente, nosotros en la RedGFU y la Orden además del Kumba-Mela cada 12 años, todos los años el 22 de Junio al amanecer, en los Ashram,   salimos de las Cámaras Sagradas y formamos un círculo y el designado para el ritual de renovación del Fuego solicita permiso para prender simbólicamente esta llama, al aparecer el primer rayo de Sol en cada lugar sagrado para nuestra Era.
Todo el ritual es sencillo, pero realmente trascendente, pues se suma el trabajo interno, sincero y consciente de los participantes de las Cámaras y de todos los asistentes. Luego el fuego es llevado a los Centros de reunión espiritual, el Santuario y las Cámaras. Enseguida compartimos el fuego en el Ceremonial o Antenaje con todos los asistentes. Lo bueno es que este fuego también se puede llevar a los hogares y es ahí que se transforma en algo importante para la familia.
Si el que participa es un miembro de la Orden, es una oportunidad para renovar nuestro compromiso de realizar un trabajo interno, de generación de luz y transformación en conciencia al servicio de todos. Ese hogar empieza a ser un hogar que también sirve al bien común.
Mantener el fuego fuera y dentro nuestro nos ayuda a que la luz circule de manera constructiva.
Decía el Maestro José Marcelli, “Cuando se llega al punto en que las palabras, por sí solas, ya no pueden expresar algo comprensible para la conciencia humana se recurre a los símbolos, como “mediadores” o “puentes” entre lo que puede decirse y lo indecible”.
El fuego es ese símbolo, pero vivo y más real que muchas cosas más tangibles.
Algo simple que experimenté, es que el día que encendí un Fuego Sagrado en departamento de soltero, cuando estuvo por primera vez de visita el Maestro José Marcelli, es que algo cambió
notablemente y poco a poco desapareció ese estado de Soledad, de miedo o desprotección.
El fuego es de alguna manera el Camino por donde transita la Consciencia desde las experiencias más densas de la vida humana hasta las más luminosas del Ser.
Entonces ya sabemos que el Sol es el centro de nuestro sistema solar y es la Fuente de la energía, de la fuerza de la vida de todo el sistema. La contraparte humana del Sol Celeste, es el Sol Terrestre que se encuentra en el Plexo Sacro y corresponde al Élan Vital o Kundalini, la fuente en nosotros, la libido, la Shakti, la vitalidad individual. De ahí podemos afirmar que un fuego en un lugar sirve para una reafirmación consciente de la relación entre la fuente celeste y el sol terrestre en el hogar o santuario.


Gurú Constancio    Río de Janeiro , 17-10-2016

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