domingo, 23 de agosto de 2015

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El chisme, ¿un antimantra, un mantra oscuro?
             No parece un tema tan importante comentar algo sobre lo que se define como chisme; un hábito humano que consiste en hablar de alguien, en bien o en mal, aunque generalmente de forma desfavorable, sin que la persona en cuestión esté presente.
Es sinónimo de embuste, fábula, cuento, historia, mentira. Pero como está tan naturalizado y promovido en nuestra sociedad, es importante tomar conciencia de sus efectos. El chisme es algo que crece solito, solo necesita seres humanos que lo alimenten, y en eso somos especialistas...
¿Pero qué tiene que ver el chisme con un mantra? Nada, pero en cierto modo es justamente lo opuesto. La palabra vacía, el hablar por hablar, aun sin saber a ciencia cierta lo que es real. A veces con contenido negativo y una fuerza en realidad con tendencia destructiva, pues es algo que hacemos generalmente inconscientemente.
Cuando 'pasamos' un chisme, que nació seguramente con una semilla, pero de 'no ser', asumimos, sin saberlo, las consecuencias que ello acarrea. Eso hace que a veces las palabras maten. Además, los chismes y los rumores se apoyan en algunos dichos como “Cuando el río suena, piedras trae”. Se puede llamar al chisme de muchas maneras y también se pueden inventar muchas excusa para justificarlo, pero sigue siendo ese mal hábito de ayudar a rodar comentarios que a veces destruyen vínculos o arruinan la reputación de alguien; es por eso que el chismoso aparta a los mejores amigos.
Muchas amistades, relaciones, vínculos, se arruinan por malos entendidos, que comenzaron con un chisme. Tristemente, algunas personas se benefician con algún comentario que incluso afina con sus ideas o sospechas y eso les da la oportunidad para echar abajo lo que les parece que debe destruirse y fomenta. Lo paradójico es que el chisme incluso puede tener muy buenas intenciones.
Por eso es conveniente saber lo que es un mantra. La palabra mantra pertenece al sánscrito, y proviene de las raíces etimológicas man, mente, pensar; tra, liberarse, protegerse, instrumento. En este sentido, el mantra es un recurso para proteger a la mente contra los ciclos improductivos de pensamiento y acción. Un chisme es justamente algo improductivo en el sentido de evolución, pues genera en nuestra mente más confusión. Pero mantra también quiere decir 'conjuro mágico'. Se puede expresar como equivalente de 'palabra de poder' cuando es utilizado en la magia blanca; es el poder de ser o la voluntad de lo superior. El chisme tiene también su poder.
Cuando hablamos de mantram o mantra estamos diciendo muchas cosas importantes con respecto al manejo del sonido y en especial de la palabra hablada, cantada. El mantra  contiene una semilla de luz, Bija, que da vida, crece y puede multiplicarse; posee una fuerza que puede ser poderosa, Shakty y algo que lo sostiene, una columna, Tilaka. Una semilla importante, necesita una gran fuerza y una columna significativa.
El mantra es de algún modo una plegaria especial que no pide nada. Son palabras que conectan con el orden secreto, y cantadas con cierta cadencia rítmica, logran una vibración especial para provocar efectos especiales. Otras veces tienen usos mágicos de encantamiento. Para algunas culturas, el mantra es una fórmula mágica de encantamiento sagrado, un sortilegio, un himno de alabanza, una salmodia o letanía.
Pero así como la vibración del verbo puede construir, también puede destruir. Pensamos que las palabras se las lleva el viento, y en parte es cierto, pero cuando contienen mantra, pueden superar el tiempo y transformarse en algo eterno. Si vemos los frutos de las palabras de algunos seres humanos de nuestra historia, entenderemos el mantra; como las enseñanzas de Pitágoras, Buda, de Jeshus. Pero aún hay más: el mantra contiene magia, la magia de la vida, de salir de algo que emana de la fuente, porque debe nacer desde el Ser, en lo humano, transformarse en sonidos, palabras, y llegar con su vibración al ser, en otros seres humanos y al planeta.
Es por eso que la palabra hay que cuidarla mucho, incluso cuidarnos de nosotros mismos a la hora de ponerle alguna carga a la palabra. A veces, por descuido, transformamos una versión de algo que nos cuentan en algo diferente, y con una semilla no precisamente de luz, es ahí donde a veces el chisme cobra una fuerza que parece un mantra que contiene una semilla que oscurece, hace daño, genera desconfianza. Esto se refuerza con el dicho popular, 'Si tanto hablan, algo habrá de verdad'.
La 'semilla' de un chisme incluso contiene, se alimenta y crece con la envidia, los celos, el resentimiento, la desconfianza. De otra parte, un chisme podría diluirse rápidamente, pero, por inconsciencia, a veces lo alimentamos y lo transformamos en casi una verdad de tanto repetirlo. Lo más normal es que si el chisme coincide con lo que pensamos o sospechamos de la persona de la que se habla, entonces ya lo tomamos como verdad.
Hay personas que van por la vida queriendo llevar registro de todo lo que pasa en la vida personal de quienes comparten su mismo grupo social, ya sea su trabajo, su salón de clases, su barrio. En realidad lo que está detrás de esa necesidad es la intención clara de involucrarse en la vida de los demás, de dar opiniones a terceros de todo lo que les ocurre, tan solo como hobby.
Como es sabido, los chismes viajan a gran velocidad; bastan unos pocos segundos para que  algo diminuto e intrascendente termine siendo un gran problema, algo de gran tamaño, inmanejable.
En los grupos hay que evitar los chismes; no digo detestarlos, porque a veces solo son una broma. Pero es bueno identificar a las personas chismosas, a fin de estar atentos y 'filtrar'  cuando algo llega a nuestros oídos; de qué forma actúa lo que escucho, de qué manera puede frenarse, cómo discriminar la 'información' para saber si contiene algo de verdad.
Cuando se ha identificado al que tiene ese mal hábito, cómo abordarlo sanamente para que se dé cuenta de que puede dañar con esa conducta. También hay que ponerle freno a un ambiente lleno de chismes, que lastima y estropea la tranquilidad y el trabajo de todos.
Lo mejor es evitar reproducir el chisme, porque en ocasiones por creer que es verdad, nos  convertimos  en 'difusores'  del  mismo y hasta le agregamos algo de nuestra imaginación.
Hay psicólogos que afirman que el chisme es una enfermedad contagiosa, incurable, en aquellos que les gusta vivir escuchando la opinión pública. Lo interesante es que un chisme puede ser verdad, mentira o una verdad distorsionada, pero no dejará de ser un chisme.
En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por la sabiduría que desprendían sus palabras, y por le tenían un alto respeto. Cuentan algo muy interesante, que nos serviría de mucho para aprender a dejar de hablar en vacío o hacer correr un chisme, algo que ya sabemos termina siendo negativo para todos, especialmente para el que lo genera.
Un día, un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:
-¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
Espera un minuto, replicó Sócrates. -Antes de decirme cualquier cosa querría que pasaras un pequeño examen. Es llamado el examen del triple filtro.
-¿Triple filtro?
Correcto, continuó Sócrates. -Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea tomar un momento y filtrar lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro.
-El primer filtro es la verdad: ¿estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
-No, dijo el hombre, realmente sólo escuché sobre eso y...
... Muy bien, dijo Sócrates. ¡Entonces realmente no sabes si es cierto o no!
Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad: ¿es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
-No, por el contrario...
-Entonces, continuó Sócrates, tú deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. Tú puedes aún pasar el examen, porque queda un filtro; el filtro de la utilidad: ¿será útil para mí lo que vas a decirme de mi amigo?
-No, realmente no.
-Bien, concluyó Sócrates. Si lo que deseas decirme no es cierto ni bueno e incluso no es útil, ¿por qué decírmelo?
La solución es tan simple como nos enseña este gran filósofo. Cuidarnos de generar comentarios innecesarios, o sea saber callar, osar callar, querer callar… Esto es base de la Iniciación. Si en las instituciones, grupos, asociaciones, partidos políticos, los medios de difusión, aplicáramos esta simple regla, esta sociedad avanzaría más rápido hacia una  iluminación auténtica, que es la verdadera posibilidad de todos los seres humanos.
Lo que fluya de nuestra boca… que tenga mantra, la palabra llena de amor, de verdad, de luz, de vida.

       Gurú Constancio                                Desde la Sede Mundial  13-8-15

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