Servicio impersonal, una clave fundamental para influir favorablemente en nuestras vidas y
en la vida de los demás, es la llave que abre las puertas que te conectan a la “fuente”,
para trabajar sintonizados con las fuerzas que mueven el universo…
El Sendero autentico, nos lleva con seguridad, a la experiencia del
encuentro consciente con el Ser, cuando eso sucede por primera vez, aunque sea unos
instantes, comienza a surgir un poco de seguridad y fluye naturalmente la
capacidad de servicio, de ser útil, no solo así mismos, si no a los demás. Los
miembros de la SOA que estamos en un Sendero de Iniciación, ponemos las
experiencias que alcanzamos, al servicio de los demás, en los diferentes Grados
y niveles de consciencia que vamos transitando. Así logramos ser de gran ayuda
en cualquier parte, eso sucede, si estamos encendidos y aprovechamos nuestro
potencial. Dando el ejemplo, viviendo el camino, ayudamos mucho, pero
fundamentalmente inspiramos, a que otros seres humanos puedan entender lo que genera el servir: servir
como madre o padre, abuelo, servir como hermano, servir como amigo, servir en
todas las posibilidades de los vínculos humanos, pero servir al otro, en algo,
ser un puente de ayuda, de referencia; servir de oído, de silencio, de
compañía, de caricias, de mimos, servir de dulzura, de ternura, de amor; servir
de sabio, músico, profesor de yoga, cocinero, labrador…es que sirviendo de
manera impersonal, sin intercambio, solo dando lo que traemos para entregar, te
transformas en un elemento de paz para el mundo y nadie lo dijo de mejor manera
que el maravilloso Francisco.
Señor, hazme
un instrumento de tu paz;
Que Donde haya odio, ponga amor;
Que Donde hay ofensa, perdón;
Que Donde haya odio, ponga amor;
Que Donde hay ofensa, perdón;
Donde hay duda, fe;
Donde hay desesperanza, esperanza;
Donde hay tinieblas, luz;
Donde hay tristeza, alegría.
Oh Divino
Maestro,
Que no busque yo tanto.
Ser consolado como consolar.
Ser comprendido como comprender.
Ser amado como amar.
Porque dando se recibe.
Perdonando se es perdonado.
Y muriendo a si mismo
Se nace a la vida eterna.
Que no busque yo tanto.
Ser consolado como consolar.
Ser comprendido como comprender.
Ser amado como amar.
Porque dando se recibe.
Perdonando se es perdonado.
Y muriendo a si mismo
Se nace a la vida eterna.
San Francisco de Asís
Tanto amor en los planos más
sutiles de lo humano, que fluye de estas frases de un ser que se entrego con
alegría, al servicio de la Consciencia de Unidad que somos todos.
El
servicio al planeta y a todo ser vivo
empieza a surgir como una herramienta que usan las almas que van madurando; un
alma que evoluciona va haciéndose responsable no solo de sí mismo, si no, de
otros seres humanos, ahí empieza a crecer el dejar de lado todo lo efímero de la
vida, o más que dejarlo de lado, a no darle más importancia de la que tiene, el
cuerpo nos sirve como vehículo del alma, cuidarlo es fundamental pero no es lo
realmente esencial. Por eso gradualmente, a través de los ciclos de la vida, se
llega a un momento muy especial, la posibilidad de seguir un camino profundo y
extraordinario, marcado en algunas
frases muy particulares y extrañas para una sociedad como la nuestra, decía el
Maestre Jhesu:
…y llamando a la
multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. Porque el que quiera salvar su
vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del “Sendero”,
la salvará. Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder
su alma?… …Y
todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o
hijos o tierras por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida
eterna.
¿Cómo es esto en el 2014? ,
¿Como sigues a una fuerza que no ves aunque en los hechos influya tanto en la
humanidad? ¿Cómo es que hay vida eterna si todo desaparece, especialmente lo
que somos como individuos? Todo lo que consideramos importante como sociedad,
esta realidad, que hace que a veces vivamos felices como persona y que es tan “aparentemente
primordial”: un auto, propiedades, fama, poder, belleza, juventud, familia…
todo lo que decimos que es lo más elemental y de repente una enseñanza muy
antigua directamente de Jesús dice, que todo el que deje lo importante para lo
humano, para seguir un camino de servicio espiritual recibirá 100 veces más y heredará la vida
eterna, ¿cómo es que puede alguien
dejando todo lo que es apreciable, concreto, real, maravilloso y que disfruta nuestro Ego, recibir más?
Infinitas y sutiles fuerzas mueven el universo que conocemos y seguramente
lo que no conocemos, científicamente las vamos descubriendo y comprobando, esa
consciencia de Unidad está en todas partes aun en partículas infinitamente
pequeñas. Aun así seguimos tan vanidosos
y desprovistos de humildad, incluso de agradecimiento a esa fuente de donde
provenimos. Tanto es así que llegamos a pensar que no necesitamos a esas
fuerzas. Ese es el gran problema actual y caemos en un vacio, un sin sentido,
que no lleva a ninguna parte.
Cada ser humano debe “observar” en que etapa
esta su alma y cuando dejar de lado algunas cosas, para ir profundizando en sí
mismos, porque la vida en el planeta, solo es evolución, un camino gradual donde vamos aprendiendo a
darle fuerza a lo invisible en nosotros. Dejar todo, corresponde a la etapa de
la Maestría, y antes de eso hay muchas etapas previas. Esto es parte de una
tradición muy antigua en una orden iniciática, que no sólo está vigente, sino
que es comprobable en los hechos, sucede lo que realmente trasmite la enseñanza,
si alguien quiere más tiempo de ser, de acercarse mucho mas al universo, necesita en cierto momento dejarse totalmente
de lado, olvidarse de sí mismo, pero en el sentido de no descuidar la persona,
no descuidar la salud, ni descuidar las emociones o hacerse pedazos o generarse
sufrimiento, sino dejar todo lo superficial, todos los “abrigos”, pilares psicológicos,
apoyos externos, lo que nos ata al planeta; eso es lo que nos impide entregar
lo mejor de nosotros mismos al mundo, a lo trascendente, al ser que somos todos.
Se
dice desde muy antiguo que el Camino del Cielo carece de afectos personales,
Pero esa fuerza invisible siempre armoniza con los seres
humanos buenos y que sirven a la vida. Por eso el que empieza a ser un sabio
nunca trata de atesorar cosas. Cuanto más vive para los demás, más plena y
maravillosa es su vida.
…nada
supera al éxtasis sublime de vivir con el corazón abierto al Ser, al Universo y
a los seres humanos…
Gurú Constancio
Sede Mundial 24-11-14
Gracias H.'.G.'. Constancio por sus palabras. Son muy aleccionadoras y, sobre todo, muy actuales a pesar de que fueron pronunciadas hace más de 2000 años. Se dice fácil pero se necesita mucho valor para enfrentar a miles y miles de Seres humanos, día con día, que son renuentes a reconocer el Valor del Servicio impersonal
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