THANATOS II
"Asciende de la Tierra al
Cielo y de nuevo desciende a la Tierra recibiendo la fuerza de las cosas superiores y de las inferiores. Así
lograrás la gloria del Mundo entero, y toda oscuridad y tinieblas se alejarán
de ti". Tabla de Esmeralda.
Parece un extraño relato, pero
define los ciclos de la vida de manera perfecta. Así que cuando morimos y
nacemos, en ese continuo experimentar de la vida y su aspecto de sueño que es
la muerte, nos vamos alimentando de las cosas superiores e inferiores y así
caminamos iluminando y alejando las tinieblas de la ignorancia, desarrollando
la conciencia y evolucionando en esas partículas de energía que es nuestra
esencia superior inmortal, cuyo mediador plástico es el alma. La
muerte contiene el maravilloso misterio de apreciar la vida y volver a renacer
para continuar desplegando la vida en ese universo infinito.
Las experiencias que
acumula el alma por medio de la conciencia se transforman en más conciencia y
esta abre nuevas puertas para seguir experimentando, eso vuelve maravilloso el
esfuerzo por crecer. Cuando la
conciencia dispone entonces de mayor material de información, comparación y
contraste, adquiere la capacidad de valorar lo que sirve al alma, que es la que
transforma al Ser en vida.
Por eso tantas diferencias cuando vamos desarrollando la
conciencia moral, ética y estética. Cada uno la experimenta de manera desigual,
y todo puede ser posible de acuerdo con el tiempo y el espacio, al campo donde
vivimos la experiencia; además, para cada alma las experiencias son únicas,
individuales. Pero podemos tomar de referencia algo muy simple, lo que sirve a
la vida se debe apreciar como bello y bueno,
o ambas cosas, y lo que no la sirve o alimenta, se considera como maldad o fealdad, o ambas.
Es maravilloso todo lo que sugiere este renacer. Todos
morimos a algo todos los días, en nuestro cuerpo, en lo astral, emociones,
mente. Aunque no nos damos cuenta, nuestro cuerpo está cambiando y renovándose
constantemente. Nacen y mueren células todos los días y así se mantiene vivo y
siempre actualizado lo que somos como humanos. Cabellos, piel muerta, hígado,
pulmones… nuestro organismo se encuentra en un proceso continuo de transformación. De acuerdo con
algunos estudios científicos, el cuerpo humano se reemplaza completamente a sí
mismo, con un nuevo conjunto de células, cada siete a 10 años.
“Este proceso de regeneración se descubrió a principios de la
década de 1950, cuando investigadores comprobaron que el 98% de los átomos del cuerpo,
es decir, las unidades más pequeñas de materia que forman las moléculas que
comprenden las células, se reemplazan cada año. Recibimos la mayoría de los
nuevos átomos a través del aire que respiramos, los alimentos y las bebidas que
ingerimos.
Más de cinco décadas después, el biólogo molecular Dr. Jonas
Frisen encontró también que a diferencia de otros átomos y moléculas, el ADN
permanece el mismo desde que una célula nace hasta que muere y se transmite
mediante la división celular. Esto explica por qué, a pesar de la renovación de
las células, envejecemos". (Tomado de la revista "Muy
Interesante").
Pero hay muchas maneras de morir; una en especial se da
cuando aprendemos a morir en este mundo material, ordinario, para renacer a
planos más elevados, pues el ser humano puede rehacerse a sí mismo todos los
días; pero así como es capaz de
renovarse, mejorarse, también puede degradarse.
En las etapas del alma en los ciclos de la vida, también
acontece ese misterio de morir a todo lo anterior en el mismo ciclo, para nacer
de nuevo en espíritu y en verdad. En la Suprema Orden del Acuarius sobreviene
una transformación completa, una muerte 'diferente', cuando un ser humano pasa
a la etapa de Gurú (instructor). Recibir ese extraordinario honor y oportunidad
de servir que otorga la Suprema Orden del Acuarius con la consagración a Gurú
es muy especial dentro de una Tradición que viene de muy lejos en el tiempo.
¿Qué tiene que ver con la muerte? Para eso hay que morir a la
vida que se tenía, con desapego completo a la propia persona que somos, a todo
lo que éramos por más que fuera algo maravilloso. En realidad no se debe llegar
a algo así, si la vida no fue realmente plena en casi todo como para no querer
dejarla. Lo especial de todo esto es que por más que fuera la mejor de las
vidas en plenitud y felicidad, este volver a nacer se vuelve luego en una
experiencia aún más especial y plena, pues miras y experimentas este planeta
como un paraíso de aprendizaje y felicidad, sin nada de todo lo usual que nos
hace felices como humanos, pero con mucho más en el sentido de integración y
servicio al ser que somos, consciente de cuanto amor se puede compartir y a la
vez recibir del Universo.
Toda esta posibilidad de transmutar es para cualquier ser
humano en diferentes momentos de la vida cotidiana, pequeñas transformaciones.
Las herramientas usadas en autodisciplinas que permiten una “transmutación” del
ego, del nivel de la persona hacia algo mejor, o sea la muerte de un estado
demasiado material e instintivo para “renacer” en un plano superior de
manifestación. Es, en efecto, el símbolo de la Gran Obra alquímica espiritual,
que ocurre a continuación de numerosas experiencias, vivencias, buenas malas,
éxitos y decepciones de la vida material. A la postre, el humano necesita y
puede “renacer” a una existencia espiritual y superior.
La vida pasa rápidamente, al estar inconscientes del aquí y
ahora. A veces parecemos dormirnos unos momentos. Nos descuidamos y de repente
en un “instante” pasaron 20 años. Por eso es tan importante despertar, estar
absolutamente atentos y vivir el presente. Debemos tratar de vivir con el
cerebro en permanente ebullición para renovarse y mejorar las condiciones de
nuestra vida, porque en un momento estamos ahí en un lugar cualquiera y de determinada manera y en el momento
siguiente todo se ha ido y ni siquiera somos los mismos.
Observarnos, mirarnos por dentro, y fundamentalmente darnos
tiempo para hacer silencio, pensar y meditar; todo esto es elemental para que
no ocurra esta apatía que nos lleva al sueño en vida apenas nos distraemos, que
es una manera de estar casi muertos.
Por eso no hay que descuidarse ni por un segundo, ya que la
gran tragedia no es la muerte, natural y segura que experimentamos todos tarde
o temprano, sino el gran problema o tristeza de dejar morir los sueños o algo
en nuestro interior mientras estamos vivos en este vehículo que llamamos
cuerpo. Cuando sucede esto, es de nuevo Thanatos, la pulsión de muerte que nos
arrastra.
Como en un momento estamos aquí y en cualquier segundo
partimos, deberíamos pensar seriamente por qué tanta preocupación, inseguridad,
descuido, temor y violencia por esos miedos, si tan solo es un pequeño instante
y todo pasa. Nada es para siempre en esta realidad cambiante, todo pasa por más
bello, placentero o doloroso sea. Así que habría que vivir disfrutando de los
vaivenes de la vida.
Pero lo mejor para entender la muerte es estudiar la vida.
Escribe el Maestre Serge Raynaud de la Ferriére. “Posiblemente, hubiéramos
podido definir la Vida con hipótesis científicas o filosóficas que nunca
faltan... Pero más juicioso es meditar teniendo presente las palabras de
Maeterlinck: "El gran secreto, el secreto de los secretos, el insoluble
secreto. . . ¡es la VIDA!. . ." o la definición más etérea del Sutra Inmutable
que retrata el pensamiento de Buda: "Los fenómenos de la vida pueden ser
comparados a un sueño, a un fantasma, a una burbuja, a una sombra, al rocío
matinal, al resplandor del rayo y ser contemplados de esta manera. . .".
Otra tendencia que tiene que ver con Thanatos es que a veces
tratamos de poseer, manipular, dirigir,
dominar como si fuera algo que tenemos que hacer y lograr para sentirnos
mejores que otros seres humanos, ya que parece que a veces nos apreciamos
esclavos o presos si no lo hacemos, pero en realidad somos libres en muchos
aspectos, tenemos un libre albedrío y nos encontramos fuera de la celda, pero
no lo percibimos. No hay mucho que manipular solo hay que fluir con la vida.
Esto es una extraordinaria realidad de cualquier ser humano, así que todos
podemos estar muy vivos, con la gran posibilidad y derecho de amar y ser libres
si ejercemos el amor y respetamos la libertad.
Los habitantes en este planeta aún sufrimos demasiado, por
eso se puede decir que a veces seguimos más la pulsión de muerte que la de
vida. Observemos cómo vivimos los seres humanos en general. A veces es casi un
planeta doliente viviendo con un bajo porcentaje de las infinitas posibilidades
que tenemos. Por eso podemos afirmar que somos demasiado mecánicos, casi
zombis, ya que no aprovechar ese potencial divino que tenemos.
Es algo similar a saber que, si fuéramos aves, lo que único
que haría falta para volar seria abrir las alas, entonces fluiría el viento y
todo el cielo se volvería algo maravilloso para explorar... Eso somos. Tenemos
alas y parece que no las vemos; es más, somos mucho más que aves y todo el
cielo, la tierra, y todo lo que hay en este planeta está para examinar,
experimentar, conocer, vincularnos, degustar y lo podemos disfrutar en completa
armonía si nos animamos a existir, no solo a estar vivos.
Otra manera de ver nuestro comportamiento ante las
circunstancias que elegimos vivir, consciente o inconscientemente, es que
cuando hablamos de vida inmediatamente hablamos de muerte porque van unidas,
son también las dos pulsiones, que parecen opuestas como vida y muerte, pero en
realidad interactúan entre ellas, se armonizan para que podamos vivir bien, aun
estando ambas presentes.
Lo que no vemos, y es muy importante analizarlo y meditarlo,
es que cuando solo predomina una, es cuando la armonía fracasa y la vida se
vuelve caótica.
En realidad le llamemos como le llamemos, siempre se mueven
dos fuerzas aparentemente opuestas en nuestro interior, incluso pareciera que
sin una pulsión la otra no podría actuar, son como el punto blanco en el lado
negro y viceversa.
Tomemos a Thanatos y Eros como la muerte y la vida.
Imaginemos que deseamos hacer algo o viajar a algún lugar; necesitamos y
queremos ir a ese lugar, lo anhelamos, debemos hacerlo para satisfacer la
pulsión de vida. Entonces ¿cómo podríamos emprender el viaje si no tenemos una
pulsión de muerte que armonice con ella? Es simple, pues casi siempre ir a un
lugar implicara algún peligro, como tener un accidente en el camino, sufrir
algún robo, etc., entonces, si solo somos pulsión de vida no podríamos encarar
el viaje, porque el miedo a morir lo impediría, viviríamos encerrados, todo
sería opaco, rutinario y caótico. Pero al tener una pulsión de muerte
intercambiando posibilidades dentro de nosotros, podemos tomar el riesgo de los
posibles problemas, algún accidente o
ataque de un delincuente. Entonces osamos satisfacer la pulsión de vida sin
miedo, porque en algún lugar nuestro esta también el deseo de correr riesgos,
de volver al reposo inicial y eso es gracias a la pulsión de muerte. Esto
es algo que parece simple pero no lo es. Solo nos damos cuenta cuando
observamos profundamente en nosotros mismos, aceptamos y enfrentamos nuestras
sombras y nuestros miedos más fuertes.
Si no hubiera una pulsión que puje por la separación, sufrir los problemas y la
discordia, no nos relacionaríamos con nadie, ni amorosa, ni sexualmente en
cualquier nivel, por la aprensión a las
complicaciones o a ser abandonado o lo que pueda suceder en un vínculo. El
equilibrio en estas fuerzas es necesario para fluir hacia donde queramos.
Esta es una manera en la que se puede explicar el comportamiento de quienes no
pueden hacer alguna actividad que les de placer por miedo a diferentes cosas, o
no podemos vincularnos por miedo a sufrir, al abandono, al rechazo o algo. Lo
que está sucediendo, entonces, es que tenemos a una dominando; así seguimos
bloqueados, reprimidos, llenos de temor. En cambio, los que pueden vivir una
vida sin límites dentro de lo más o menos socialmente aceptado o permitido,
tienen la influencia de Eros, pero cuidado, 'centrado', por Thanatos.
Los ciclos de la vida son lo único permanente en esa
renovación constante dentro de este universo, y el juego entre esas dos fuerzas
es permanente. Así, luego de muchos años nos vamos a 'dormir', pero luego de un
tiempo volvemos a 'nacer'.
Aquí podemos decir que en cada nacimiento está toda la
información genética de la evolución de toda la humanidad y de todas las
especies, y algo más, la conciencia acumulada en esa partículas de energía que
sobreviven a la transformación de los elementos, en ese cambio de etapa que
llamamos muerte.
Toda la herencia genética va en cada
célula, pero con tantas variantes inexplicables que se dice que algo ocurre
cuando se encuentran las dos células, que es entonces cuando aparece la chispa
nuevamente, justo en el momento que se unen el óvulo y espermatozoide hay un
especie de chispazo y es posible que esas partículas de energía flotando entre
la luna y la tierra, aparentemente inconscientes porque no recordamos nada al
nacer, vuelven y hasta ayudan a construir ese nuevo vehículo humano, sumando
toda la experiencia que traen en ese núcleo individualizado de partículas,
anima o alma.
Uno de los dolores más intensos que experimentamos los
seres humanos es la muerte de un hijo. Necesitamos, para encontrar alivio,
intentar entender lo que puede significar una pérdida en este sentido,
especialmente para la madre. Aunque sea tan terrible, mucha gente logra salir
adelante cuando trata de comprender que la vida continúa de alguna manera y que
tendrán más oportunidades aunque en ese momento se termine. Muchas mujeres se
animan a consultar la manera de superar una vivencia tan difícil, es por eso
que le solicite a una madre que superó algo así, para que nos hiciera el favor
de compartirlo. Ella es un Gagpa sabio y activo de la Orden del Acuarius y la
RedGFU
CUANDO NUESTROS HIJOS MUEREN
Por Myriam Stella Gómez de Ayala
Para mí, la mayor lección de la muerte es la reafirmación de
valores: AMOR DE PAREJA, LA FE, LA CONFIANZA EN LA VIDA, LA PERSEVERANCIA.
Soy la mamá de 5 hijos, pero tengo 3 hijos en el cielo y dos
extraordinarios seres humanos nos acompañan, una hija de 25 y otra de 22 años
con las cuales ha sido maravilloso vivir.
Cuando éramos novios, mi esposo dijo que quería 5 hijos, y 5
hijos llevé en mi vientre, pero la vida de los primeros 3 hijos concluyó muy
rápido, llegaron para enseñarnos mucho sobre valores, pues fueron muy efímeros
en nuestras vidas. El primer hijo o hija, estuvo en mi vientre 3 meses y fue
una ilusión muy grande, pero se nos dio la oportunidad de luchar por la vida de
un ser que anhelamos tener.
Después de muchos cuidados, fue necesario sacarlo del vientre
ya sin vida y aún allí no se sabía qué pasaba, porqué se dio el aborto natural.
Estuve hospitalizada para cuidarlo y preservar su vida, pero no fue posible.
Anímicamente me sentí muy mal, pues uno siente que parte de su vida se va
también, pero el apoyo incondicional de mi esposo, mi suegra, mi madre,
hermanos, familiares, amigos, compañeros de trabajo y miembros de la RedGFU
hizo que pronto me recuperara de esta pérdida.
Viene el segundo embarazo, eran mellizos. Como eran dos, la
amenaza de aborto fue más pronto. Nuevamente hospitalización, intenciones
sinceras de contribuir con la preservación de la vida. Me hicieron una
ecografía, y el médico dijo: “Cuando termine este embarazo, que va a ser muy
pronto (casi me muero, pues fue muy fuerte para mí lo que decía el médico), que
le hagan una histerosalpingografía para confirmar que tiene útero bicórneo.
El útero bicórneo es un útero que tenemos muy pocas mujeres.
Hay una especie de pepino atravesado y no da cabida para que un feto se
aloje, mucho menos para su desarrollo. Y
en efecto, el embarazo terminó muy pronto.
Quien alcanzó a observar estas criaturas fue mi esposo. El
impacto emocional fue tan fuerte que se desmayó pocos minutos después. Al
parecer, la conexión que tenía con sus hijos, más el hecho de saber que eran
dos y que también los perderíamos, fue algo tremendo para él.
PERO MANTUVIMOS LA ESPERANZA Y LA NECESIDAD DE CONTINUAR LA
INTENCIÓN DE QUE A NUESTRAS VIDAS LLEGARAN LOS HIJOS.
Vino la histerosalpingografía y la confirmación del útero
bicórneo. Ya con el examen, fui a consultar con un prestante médico de la
ciudad, el cual me dijo: “USTED NUNCA
PODRÁ TENER HIJOS”.
Una prueba más, muy dura, pero acto seguido nos recomendó
acudir al centro de INFERTILIDAD; allí encontré la PRESENCIA DE DIOS EN MANOS
DEL DOCTOR ALFONSO HURATO SANCHEZ, en el Seguro Social. Cuando vio el examen me
dijo: "Yo puedo hacerle una cirugía de alto riesgo, no se la puedo
garantizar. Hable con su esposo y acuerden si se le hace la intervención. No
tuve dudas, fui donde mi esposo, quien me contestó: "ESTAMOS JÓVENES Y
TENEMOS FE; que te hagan la cirugía". Lo dijo con convicción y con
tranquilidad.
Posteriormente, vino todo el proceso de la cirugía y cuando
se volvió a tomar el examen, ¡oh, milagro, sirvió! Entonces ahora a cuidarla
por dos años. Y posteriormente llegaron las dos hijas que hemos acompañado a
crecer.
QUÉ LE DIRÍA CON ESTA EXPERIENCIA A TODAS LAS MADRES QUE
DEBEN AFRONTAR LA PÉRDIDA DE SUS HIJOS:
Que mantener el agradecimiento a DIOS (o a la idea que tengan
de esa inteligencia superior) por el tiempo de vida que podemos compartir con
ellos es una gran opción para afrontar la crisis física, emocional y mental que
este impacto produce.
Que cada SER VIENE A CUMPLIR UNA MISIÓN, para unos el tiempo
es más largo, para otros es más corto; para mí fue totalmente efímero pero
significativo, pues permitió poner a
prueba nuestros valores y la importancia del AMOR EN PAREJA, porque habíamos
podido desistir frente a las frustraciones. Buscar quién es el culpable no
tiene importancia, es asumir LOS DOS.
En cuanto se pueda, si para un hijo se transforma la vida a
través de la muerte y todavía tenemos opción, contemplar la posibilidad de
GESTAR OTRO HIJO, o sea dar continuidad a la vida o adoptarlo, pues en nuestra
mente estuvo la posibilidad si no podíamos tenerlo adoptarlo para ofrecer
nuestro AMOR DE PADRES a algún SER que lo requiriera.
Reconocer que duele demasiado la transformación de la vida de
nuestros seres queridos y mucho más cuando son nuestros hijos, para poder
superar el dolor, pues cuando nos negamos a reconocer que duele mucho, no hay
opción para superarlo.
Cuando somos padres de varios hijos y uno de ellos debe
desencarnar, darle el AMOR al o los que quedan, porque en ocasiones, los padres
se dedican al dolor por la pérdida y descuidan los hijos vivos, lo que luego
puede volverse demasiado crítico en la vida de la familia.
La relajación, el yoga, la meditación, el descanso, la
lectura, el buen uso del tiempo libre son terapias para re-potencializar la
vida de la familia; son estrategias efectivas para reconocer, aceptar y
desactivar el dolor que produce la muerte.
Lo que si les puedo asegurar es que estos seres siempre nos
acompañan, pues cuando debo presentarme frente al público lo reitero tengo 5
hijos, 3 en el cielo y dos con nosotros, y para mí es motivo de orgullo.
Hay que mantener la calma, porque a veces el dolor lo
queremos mantener con nosotros y no liberamos los SERES QUE YA CUMPLIERON SU
MISIÓN.
Tus hijos no son tus hijos, son
hijos e hijas de la vida
Deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti,
y
aunque estén contigo, no te pertenecen…
K. Gibran
Gp.
Myrian
Es importante ir tomando conciencia de que la vida continúa y
de que este desarrollo se produce en los planos de lo humano, de la persona
física, anímica, mental y espiritual, y apunta hacia la síntesis y la
trascendencia, hacia las esferas del Ser, que los sabios sugieren como vacío y
silencio, donde el Tiempo y el Espacio se funden en un eterno presente, algo
completamente real y posible para cada alma, pues todo es sin principio ni fin;
lo cual significa que el alma, como mediadora entre el Ser y lo humano, puede
crear un nexo consciente entre la esencia y la presencia de nuestra
naturaleza. Este nexo consciente poco a
poco nos lleva a la iluminación.
El vinculo hondo y auténtico, que podemos
cultivar los seres humanos, es una oportunidad extraordinaria que se puede
describir como la posibilidad de ir expandiendo el alma en otras almas, porque
es ahí donde se tejen los lazos profundos que nos llevan a integrarnos cada día
más a nosotros mismos y al universo circundante, sin tiempo, ni limites,
donde desaparece la muerte.
Guru Constancio Chalco 28- 10- 2015
P. D. Una hermosa poesía con el tema
APRENDER A MORIR
Necesito aprender a morir
Tan siquiera esta noche,
Aprender a morir un rato largo
Para saber la exacta
Dimensión del silencio;
La inexorable potestad del olvido
Y la helada frontera
Donde jamás arribará palabra alguna,
Porque todas habrán de agonizar vacías,
Revestidas por una ramazón seca y oscura.
Si al menos esta muerte
que se empeña en cuajar mi pena a solas
o amenazar mi sombra en los rincones
morados del silencio;
si al menos esta muerte
decidiera detenerse en mi casa
algunas horas
como visita de confianza;
descansar en la sala
pasar al dormitorio
y olvidar los retratos que más quiero;
tal vez cenar conmigo,
yo, mi café azorado
y ella un poco de sombra indiferente;
tal vez si nos tratáramos un poco,
si quisiera un momento acomodarse
en el reclinatorio de mi frente,
si me dejara cobijarme apenas;
con su capa de niebla,
entonces, mañana, estoy segura,
como nunca, tranquila,
nada me dolería;
habría aprendido tanto y tan aprisa,
a evadir las palabras
que como dardos o flechas dirigidas
se obstinan en lastimarme el corazón desnudo,
desprotegido y débil;
habría aprendido
que nada permanece,
y que esa absurda búsqueda
del amor, la ternura, la comunicación más
simple,
no es más que un espejismo
que se pierde en las dunas
multiplicadas de nuestro desierto,
porque después de todo, los oasis
los inventa
la inextinguible sed del alma sola
MARGARITA PAZ PAREDES
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