martes, 28 de abril de 2015

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            Sobre el amor 1

         Hablar un poco sobre el gran Dios Eros, el amor, la maravillosa pulsión de vida, es un gusto sin pretensiones, solo apreciar la vida. Es primavera en el norte de la línea del Ecuador. Este 21 de marzo ha marcado el comienzo del año Astrológico 68 de la nueva era. Vamos avanzando en un tiempo nuevo, de más luz para el planeta. En el hemisferio norte, toda la naturaleza fluye en el amor. Los árboles se adornan de colores, las flores celebran la tibieza del sol, cautivando al que las mire.

Todo reverdece, crece, renace, la vida fluye por todas partes; las aves cantan felices porque hay más alimento, más lugares donde refugiarse. Pero también les impulsa el llamado de la naturaleza a reproducirse, a encontrar su pareja; a construir un nido para sus polluelos.

Todo se recrea y vuelve a renacer luego del inclemente invierno, donde todo se sumió en sueño profundo, similar a la muerte. Es el ciclo de la vida, la contracción del mismo amor, para luego tener más fuerza y volver a expandirse. Ese contraste hace que apreciemos las maravillas de la existencia, nos hace estar agradecidos…

Hay muchas maneras de vivir, pero nada como vivir en sintonía con la energía luminosa del amor. Algunos seres humanos buscan poseer cosas materiales, muchos quieren el poder en todos sus matices; eso les da cierto tipo de fuerza, placer y transitoria felicidad. Otros logran hacer fluir la verdadera fuerza que alimenta de vida, el poder de amar, y eso los lleva a la plenitud. Lo maravilloso es que todos los seres humanos tenemos ese potencial en nuestro interior. Desaprovechado.

Paseando al atardecer, recién llegado a otro 'hogar', en un hermoso lugar, el Ashram de Raíces de Nuevo León, reflexionando e intentando escribir sobre el amor, salgo a caminar para estar a solas con mis pensamientos. Qué energía maravillosa es el amor cuando brota como un manantial, cuando se lo usa para servir a los seres humanos. Voy observando y percibiendo la naturaleza, luego de la lluvia… De repente me queda claro, parte de lo que es el amor.

Es como el sutil y extraordinario perfume de los naranjos en flor. Te embriaga, te eleva, te entusiasma y penetra tanto en ti que cuando lo bebes, te inunda el alma de gratitud; en un instante, que se vuelve eterno.


Luego se irá el perfume de las flores y vendrán los frutos. Si nos aferráramos a las flores y su suave y dulce aroma, no disfrutaríamos de las naranjas, que nos dan energía pura, directa del sol, como otra manifestación del mismo amor. Así es casi todo, efímero y a la vez eterno, si vivimos el presente.
Sin ninguna duda, el amor puede doler, especialmente cuando queremos poseer lo amado. Si pudiéramos ir aprendiendo a amar con libertad y responsabilidad, todo sería mejor en las parejas y en cualquier vínculo.

La posesión no es amor, es dependencia del otro. El amor debe fluir como el perfume de las flores y el canto de los pájaros, en completa libertad, hacia todas partes. Todos los días hay que volver a enamorarse de lo que vivimos y lo que nos rodea: en la amistad, en la familia, en infinitas cosas como el gusto por respirar o en el vínculo que se puede volver profundo con una nueva alma que acabas de conocer.

Pero cuando el amor fluye en la Magia Ceremonial, es vivir directamente cada día el amor sublime que nos acerca a la conciencia de unidad. Es el Ser manifestándose y dando un poco de luz a quien la necesite, con soltura y libertad plena, sin ningún tipo de exclusión. Y es que hay tanta luz en el universo, que solo hay que sintonizarse con ella para que se transforme en realidad.

Hemos de tratar de enamorarnos simplemente de la vida, de todo lo que ella nos brinda diariamente. En cambio, declinamos y empezamos a morir si dejamos de amar o no permitimos que afloren en nuestra corazón los infinitos matices del amor.

Se pueden decir tantas cosas, de acuerdo a cómo vive cada quien el amor. Sin embargo, con certeza plena, no son parte del amor, los celos, el resentimiento, el afán posesivo, la crítica destructiva, el chisme, el sinsentido; la depresión, la desconfianza, el miedo, el querer rebajar al otro para sobresalir uno mismo; la envidia, la violencia, el odio, que es el  extremo negativo de la misma energía.

No es tan difícil de asimilar y desarrollar el arte de amar, si lo que buscamos es llenar de amor nuestras vidas, porque es una fuente inagotable que radica en nuestro ser.  Como práctica para aprender a brindar amor, empiezas dando lo mejor que tienes (no hay nadie que no tenga algo bueno para dar) y de ahí partes cada día para brindarte un poco más.

Permites que ese poder que radica en tu corazón filtre, como el agua en una pequeña grieta, tus sentimientos más sublimes, liberando una fuerza que cada día será más potente y subyugadora.

Aunque somos 'todo' es en potencia y el amor está en nosotros en cualesquiera de sus posibilidades, debemos reeducarnos en el amar, desde esa dualidad manifestada, lo femenino y lo masculino. Es cierto, el amor es parte de todo ser humano, pero dejarlo fluir, expresarlo de diferentes maneras, constituye un largo aprendizaje.

A veces, primero amas en lo instintivo y vas aprendiendo a hacerlo mejor cada día. Que tu cuerpo se exprese con amor es maravilloso; el placer, el gusto, los aromas del amor en el plano físico.

Luego aprendes a amar en lo emocional, las sensaciones y los sentimientos fluyen y todo parece aún más estupendo cuando te entregas al amor con toda tu energía, vitalidad, sensibilidad, ternura… Salen muchas cualidades ocultas y olvidadas.

El amor se torna un poco complicado desde nuestra mente. Aprendemos poco a poco, las ideas, los proyectos de vida, que refuerzan nuestro cuerpo mental; la admiración hacia el otro. Todos tenemos algo admirable y vamos aprendiendo desde la humildad, distinguiendo lo verdadero de lo falso.

En la mente, la verdad es el amor. Un cerebro que ama ve lo mejor del otro,  selecciona y aprecia lo mejor de los demás; su imagen, pensamientos, virtudes reales. No le desengaña la sombra que hay en la persona que ama; la acepta como parte de la realidad.

Viene lo más difícil: amar desde la mente superior, desde lo intuitivo; amar por encima de tu propia persona, física, emocional y mental. Cuando el amor emana de ahí, se transforma en una fuerza poderosa, con capacidad infinita de transmutar todo lo que toca. Es el amor como un estado natural de existir. Aquí ya no vemos personas, vemos almas, seres, esencia, la misma fuente de la vida en todo.
 Hay diferentes amores, de hermanos, de amigos, de hijos y padres. Cuando el amor se vuelve una relación de pareja, se convierte en algo diferente si no se ama con libertad. A veces, la vida de pareja o el matrimonio se convierten en una trampa mortal para el amor, pues amamos con demasiadas expectativas, incluso nos ponemos exigentes y terminamos desilusionados.

El amor debe fluir sin espera, sin exigencias ni expectativas. Cada uno debe amar de la mejor manera al otro, despojándose del deseo de ser retribuido. Pero esto es justamente lo extraño del amor. Si amas quieres poseer y esperas que la persona amada te brinde todo lo que necesitas. Debemos amar sin trasladar nuestro centro afuera, ni en la pareja, ni en la familia, ni en los hijos, ni en los padres, ni en los amigos; amar con total entrega en todos los vínculos humanos, pero sin dependencia.

                 Cuando escuchas con tu alma, amas. Cuando miras con tu alma, amas. Cuando hablas con tu alma, amas. Cuando tocas con tu alma amas. Cuando es así el amor que expresamos, tiene una tremenda fuerza y dulzura. No se está esperando un premio por ese amor, no quieres cambiar al otro, le dejas ser lo que necesita ser, apuntalas sus sueños, le ayudas a vivir más feliz, a volar, a soñar. Alimentas su Ser.

Esta energía que llamamos amor es tan real, que nutre todas las experiencias humanas, es el vínculo profundo, una sonrisa, una mirada llena de todo. De alguna manera, se podría afirmar que casi no necesitamos realmente nada para ser profundamente felices. Solo exige que nos conectemos con nosotros mismos como personas, en el nivel del cuerpo físico, en el nivel de la conciencia emocional y mental, para luego ir más profundamente y tocar y amar desde el alma. Por eso hay que practicar el arte de amar realmente, olvidándose de lo estético, trascendiendo si somos mujeres, hombres; viejos, jóvenes, solo mirando hacia adentro del otro, amando desde tu propia esencia.

Se afirma, científicamente, que el corazón libera oxitocina, la hormona del amor. Cuando somos amables, cuando servimos al otro, en el agradecimiento, cuando somos generosos, es fácil de comprobar lo que ocurre cuando amamos. En los hechos, es seguro que para desarrollar y dejar fluir toda la energía que tenemos para amar, debemos recuperar y cultivar algunas cualidades y valores, como la lealtad, la valentía, la amabilidad, el agradecimiento. Santosa (estado de contentamiento), entrega a la voluntad de lo mejor de la vida en ti; cultivar la calma, la gratitud, la paz, aprecio por lo que te rodea, fuera y dentro de ti.

También debemos decir que dando gracias, gracias y gracias, con una actitud de agradecimiento, todo se transforma, y no hay otra manera mejor de valorar y vivir la vida. Cuando te sientes libremente, completa y profundamente agradecido simplemente por estar vivo, respirar, sonreír, por abrazar y ser abrazado, por cualquier actividad que te haga sentir vivo,  significa que el amor te ha tocado con su gracia.


El maravilloso Kalil Gibran expresa magia, al hablar del amor.
EL PROFETA 

Entonces dijo Almitra: Háblanos del Amor,
Y él alzó la cabeza y miró a la multitud, y un silenció cayó sobre todos, y con fuerte voz
dijo él:
Cuando el amor os llame, seguidle,
aunque sus caminos sean duros y escarpados.
Y cuando sus alas os envuelvan, ceded a él,
aunque la espada oculta en su plumaje pueda heridos.
Y cuando os hable, creed en él,
aunque su voz pueda desbaratar vuestros sueños como
el viento del norte asola vuestros jardines.
Porque así como el amor os corona, debe crucificaros.
Así como os agranda, también os poda.
Así como se eleva hasta vuestras copas y acaricia
vuestras más frágiles ramas que tiemblan al sol, también
Penetrará hasta vuestras raíces y las sacudirá de su arraigo a la tierra.
Como gavillas de trigo, se os lleva.
Os apalea para desnudaros.
Os trilla para libraros de vuestra paja.
Os muele hasta dejaros blancos.
Os amasa hasta que seáis ágiles,
y luego os entrega a su fuego sagrado, y os transforma
en pan sagrado para el festín de Dios.
Todas estas cosas hará el amor por vosotros para que
podáis conocer los secretos de vuestro corazón, y con
este conocimiento os convirtáis en un fragmento del corazón de la Vida.

Pero si en vuestro temor sólo buscáis la paz del amor
y el placer del amor,
Entonces más vale que cubráis vuestra desnudez y
salgáis de la era del amor,
Para que entréis en el mundo sin estaciones, donde
reiréis, pero no todas vuestras risas, y lloraréis, pero no
todas vuestras lágrimas.

El amor sólo da de sí y nada recibe sino de sí mismo.
El amor no posee, y no quiere ser poseído.
Porque al amor le basta con el amor.

Cuando améis no debéis decir "Dios está en mi corazón",
sino más bien "estoy en el corazón de Dios".
Y no penséis que podéis dirigir el curso del amor,
porque el amor, si os halla dignos, dirigirá él vuestros
Corazones.
El amor no tiene más deseo que el de alcanzar su
Plenitud.
Pero si amáis y habéis de tener deseos, que sean estos:
De diluiros en el amor y ser como un arroyo que
canta su melodía a la noche.
De conocer el dolor de sentir demasiada ternura.
De ser herido por la comprensión que se tiene del amor.
De sangrar de buena gana y alegremente.
De despertarse al alba con un corazón alado y dar
gracias por otra jornada de amor;
De descansar al mediodía y meditar sobre el éxtasis
del amor;
De volver a casa al crepúsculo con gratitud,
Y luego dormirse con una plegaria en el corazón para
el bien amado, y con un canto de alabanza en los labios.
K Gibran..

                     El Amor es la fuerza centrípeta del universo y fluye en la libertad Nos enseña a volar en la tierra y caminar en el cielo…

Todas las especies aman de manera natural, menos los humanos, hasta que aprendamos a ir más allá de lo evidente. Es que el amor que nace que desde el ser interior, es una vibración totalmente clara y diferente, produce magia en la realidad, es pura energía que se transforma en fuerza de vida.
Es tiempo de realizar el amaos los unos a los otros…como el universo nos ama.

Gurú Constancio              Año 68 N.E.           Desde Modesto 26-4-15

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