viernes, 18 de diciembre de 2015

Compartiendo el Sendero 33

        Para ser felices necesitamos abrir el corazón poco a poco y entregarnos confiados a la vida, así es más fácil aceptar, disfrutar y agradecer todo lo que el universo nos propone.
               Solo la magia de lo invisible, ese encantamiento y gracia, le da a la vida plenitud completa. Esa sutil energía está en todas las cosas, por pequeñas que sean, y en todos los seres humanos. La magia se da en cualquier lugar y puede ser experimentada por cualquier persona en este maravilloso planeta; depende de cómo y con qué vibramos, algo más denso o más sutil.
De esa vibración fluye la fuerza de atracción y resulta en lo que conectamos de la vida. Así es que algo hermoso se puede experimentar en cualquier parte; puede ocurrir escuchando a los Creedence en un avión, mirando un maravilloso y único mar de nubes, mientras se disfruta de volver a vivir el amor dentro de uno mismo.
Qué increíble es la vida con amor; esa percepción diferente de las cosas, que tiñe todo de un manto amoroso, sagrado y luminoso. Todo se vuelve más bello y nada deja de ser sagrado. El amor es la fuerza y la magia que provoca la sintonía con el cosmos.
La vida es o puede ser un paraíso permanente para cualquier individuo que se entrene para vibrar con ese invisible impulso creador del universo. Por eso buscar, esas fuerzas espirales que llamamos amor en cualquiera de sus formas es imprescindible en la vida de los seres humanos.
             Acapulco. Como dicen por aquí, con el calor de Acapulco hay que dormir 'chirundo', aun así se se sufre o se disfruta el calor a toda hora; así que cuando hace calor sudas, y si hace frío, tiemblas, como enseña el Zen.
Muchas de las actividades de varios días en la sede de la RedGFU se sintetizaron en un domingo perfecto. Fue porque se empezó muy temprano con la hermandad, disfrutando el camino y la disciplina colegiada, ayudándonos a seguir creciendo con alegría. También resultó inspirador ver como un colegio de Iniciados, decide activarse completamente para hacer un trabajo en equipo por un ideal muy noble: tener su propia sede en Acapulco; entonces no hay manera de empezar mejor la mañana. Siguió el ceremonial, con mucha gente, honorificaciones de M. Gegnian y Gegnianes, que son el fruto del nuevo esfuerzo.
Seguidamente, un buen diálogo entre seres humanos que buscamos entender el universo. Luego un sabroso desayuno con toda la gente, de la Orden, la RedGFU e invitados. Imposible comer poco con tantas exquisiteces preparadas por las mejores manos, como las de las Getuls Toñita y Susana, las más antiguas de las Getuls en Acapulco.
El itinerario continúa con paseo a la Roqueta en lancha. La isla está limpia; hay lugares casi vírgenes, solitarios y muy hermosos para quedarse a acampar, mirando el cielo y el mar. Fue bueno compartir con los seres humanos y además con los peces. Su vida es siempre movimiento, danzan con las olas y las corrientes, al final de la tarde, en la punta más solitaria de la isla, cuando ya todo había sido tan bello, se sumó algo muy particular: una hermosa raya águila de un metro comía en las rocas del fondo. La seguí durante varios minutos sin problemas, casi como amigos, hasta que apareció su compañero, un poco más grande, y también lo seguí.  
No se inquietaron con mi presencia, mientras no me acercara demasiado. Seguían comiendo de las rocas y paseando; fueron minutos preciosos observando todo lo que hacían, trabando amistad. Al final, pude acercarme tanto que le acaricié la cola al macho, sin que se molestara; solo se movió un poco del lugar lentamente… Fue una experiencia simple, pero para mí tan maravillosa;
una forma de poder seguir integrándose al universo circundante. Por supuesto, en el mundo marino toda la atmósfera es realmente especial… Me fui de la Isla con mucho alimento en el alma…

Si abrimos el corazón comenzamos a conectar 40 mil neuronas, que se complementan con el cerebro de una manera muy especial para percibir mejor y valorar lo que el universo nos convida en cada instante, con lo bueno que ocurre en la vida, especialmente si sabemos apreciar lo que se nos presenta; entonces es cuando comienza a fluir el agradecimiento.
A veces tengo la impresión que el agradecimiento, ante la 'asistencia' que nos puede brindar la naturaleza u otro ser humano, sale de esas partículas de energía con capacidad de asimilar conciencia permanentemente, pero en el nivel del ser en nosotros.
Esa maravillosa y natural manifestación de la vida tiene sus escalas. En el nivel de la conciencia instintiva, esas partículas se comportan egoístamente, naturalmente dedicadas al placer o al dolor; luego se vuelven un poco más sutiles en las emociones y
sentimientos, y aún más en el intelecto.

Así todas las experiencias son aceptadas y alimentan con innumerables estilos. Se trata de las expresiones de la vida en todas sus infinitas posibilidades. Pero cuando los seres humanos comenzamos a contactar con lo más sutil en nosotros, el cambio es extraordinario. Empezamos a entender el universo, no exactamente en el nivel de lo evidente y concreto de la persona, sino en el nivel del Ser, y ahí es realmente fácil ser agradecido.
Casa Sede Mundial de la RedGFU. La sede mundial de la RedGFU se sigue revitalizando. También de vez en cuando somos invitados directamente en la RedGFU, para compartir el Yoga y la Meditación en las Universidades, en un marco de desarrollo humano integral de los estudiantes. Además de todas las actividades que siguen aumentando, ahora se sumó como una nueva
posibilidad una clase al público de Yoga más arte o artístico, para jóvenes y no tan jóvenes que quieran trabajar un poco más fuerte en lo físico para luego ir a lo más simple y eficiente, la asana clásica.

En esta sede y algunos otros lugares de la RedGFU comenzamos a compartir esta clase de Yoga, pues es para los que quieran mantenerse en mejor estado. Iniciamos con algo básico e iremos explorando diferentes posibilidades para una clase creativa y que a la vez entre en un linaje de Yoga que nos lleve a lo mejor de nosotros mismos, como es la propuesta del Maestre Serge R. de la Ferriére.
Se trabaja con la asistencia, apoyo y responsabilidad de las células del Coipyyy del sector.
El escuchar la necesidad de muchos jóvenes que se acercan a la RedGFU provoca esta apertura de intentar sumar nuevas experiencias en una tradición de Yoga que ha demostrado por siglos dar un resultado seguro. Veremos cómo vamos abriendo puertas en este sentido para llegar al mismo resultado de encontrar lo Sagrado en nosotros.
Trabajar en equipos de 2 o 3 personas, donde todos participan, ayudando, experimentando y conociéndose, es una manera que nos están proponiendo los más jóvenes. Dejando una parte de la clase, al final, que nos lleva a lo clásico y tradicional en las asanas para encontrar el punto justo. El trabajo de a tres o en parejas deja lugar a la creatividad, y el entrenarse transforma en un arte divertido, agradable y que va fortaleciendo el vínculo entre los alumnos.
Estamos disfrutando de un descanso creativo, estimulante e inspirador para nosotros y para los demás, tenemos la gran oportunidad para seguir avanzando y consolidando lo que habíamos avanzado. Es eso justamente lo que está sucediendo ahora, con una etapa mejor aún de la RedGFU y la Orden del Acuarius.
Porque estamos comenzando a ser lo que tenemos que ser, justo lo que había dicho y quería el Maestro José Marcelli, que fuera un lugar de seres humanos más sociables, amables, respetuosos, amorosos, alegres; con mucha cultura y desarrollo humano, en un clima de fiesta, todo con dignidad y altura, para dar una versión atractiva y novedosa de calidad de vida a la humanidad por medio de la RedGFU como institución.
-¿Maestro cuál es para usted la mejor forma de amar? 
En realidad a pesar de cualquier prejuicio que tengamos debemos respetar y aceptar que todas las formas de amar son buenas, especialmente sin son bellas y constructivas, pero podría decirse en realidad que la mejor forma de amar es la que trasciende la persona que somos. Porque el amor en el nivel de conciencia existencial nace y se crea en libertad, y sin afirmarlo, para respetar todas las creencias, aunque mi percepción de la vida y la experiencia me lo indica, el amor que crece en ese nivel superior conecta lo más sutil en nosotros y trasciende también los ciclos de la vida y al final hasta encontramos seres humanos que parecemos conocer y amar de siempre, pese a que recién nos miramos a los ojos por primera vez.
Es que cuando amas desde el alma, ese vínculo continúa trascendiendo la muerte.
No debes ni puedes obligar a nadie a que te ame o deje de amarte, pero puedes entregar el amor sin pretender nada; esa es la mejor manera, como los pájaros en el bosque cantan sin pretensiones que los escuchen, y si los escuchan entonces responden y cantan más. Es que el amor que sale del corazón como mente superior, ilumina, trasciende la distancia, los años, cualquier circunstancia y lo que entendemos como el tiempo. Lo más increíble del amor es que florece en cualquier parte, incluso en la ciénaga, como el loto. El amor espiritual es la joya del loto que mora en todo corazón humano.
Cuando amas así, entonces casi no hay espacio para el miedo, confusiones, sospechas, desconfianza. Ese es el amor que creará un mundo de paz. Por eso debemos hacerlo fluir y comenzar a vernos y amarnos más allá de la imagen superficial, superando ese vehículo humano que transporta una esencia única en este mundo tan variado y especial.
En este cosmos infinito, ya sabemos que nada se pierde, todo se transforma, vuelve a la vida y continúa de alguna manera. Así podemos transformar lo que somos cada día que pasa en algo mejor, para sintonizar con la evolución natural del universo. La gran transformación la logramos con lo que genera el servicio impersonal con sabiduría, las buenas acciones, hechas con ese amor que trasciende a la persona. Así que es muy simple, para una vida mejor, o sea crearse un buen destino, solo se precisa dar algo bueno y útil para el universo en otros seres humanos.
             Gurú Constancio                           Monterrey  14-12-2015    

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