Un relato simple de la vida real
New
York, hermoso lugar, donde todo puede ser, de lo bueno y de lo negativo. No se
puede negar que esta ciudad es algo especial, es una extraordinaria mezcla de
belleza, cemento, hierro, extraordinarios edificios que tapan el Sol, dejando
un poco frío los corazones.
Cristales,
naturaleza, lujo, pobreza, arte sublime, arte basura, poder, miseria y riqueza
espiritual; tristeza y soledad en mucha compañía; alegría, diversión…pero casi
todo influenciado por la ética del lucro.
Entre
ceremoniales, diálogos, meditaciones y asanas, para ayudar a abrir nuevamente
la RedGFU, aprovechamos para pasear
cultivando los afectos. Estar andando el sendero en NY es algo hermoso, por lo
bella que es Manhattan y sus alrededores, por la oportunidad de mostrar algo
que trae la Iniciación: vida, mucha vida para cualquier ser humano. Todo se
pone mejor si se suma la muy buena compañía de algunos discípulos.
La
gente en la calle, ante la figura de un Gurú al natural, reacciona de manera
interesante: se acerca, pregunta, se saca fotos, algunos gritan:
"¡Jesús!".
Caminar
es presentarnos como Linaje Espiritual en la sociedad, y por las experiencias
vividas se puede afirmar que cada día somos mejor recibidos (y parece que más
necesarios...).
Así
es que luego de las disciplinas para servir a la ciudad constructivamente, en
un departamento donde una familia que no nos conocía, del señor Armando
González Rojas y Felisa Hernández, nos recibió con mucho amor, recomendados por
un familiar de ellos, miembro de la Orden, la Getuls Mary. Su nobleza nos dio
la oportunidad de compartir los ceremoniales y el Yoga.
Luego
partíamos a conocer y recorrer museos y diferentes sitios; viernes, sábado y
domingo, usando el tren, el 'subway', el barco. Lugares especiales de la Quinta
Avenida con su ostentación aristocrática; el Rockefeller Center, la maravillosa
Estación Central y su arte sabio; mirando el Empire State recordando alguna
serie romántica.
El
'sin alma' del poder y el dinero, Wall Street. El hermoso puente de Brooklyn,
que trae las imágenes de tantas películas. Mucho lujo y orden en todas partes;
turistas de todo el mundo, mezclados con gente muy original, de todas las
razas, clases, religiones, que viven en esta ciudad.
Cómo
no disfrutar paseando por el mar, sus grandes puentes y la Estatua de la
Libertad, con su mensaje: “Dadme
vuestros seres pobres y cansados. Dadme esas masas ansiosas de ser libres, los
tristes desechos de costas populosas. Que vengan los desamparados. Que las
tempestades batan. Mi antorcha alumbra un umbral dorado”.
Observar
el bonito edificio en el lugar de las Torres Gemelas, casi dejando un poco
atrás tanto dolor y el sinsentido. Por supuesto, en ese atardecer nos tocó
meditar con mantras suaves en la Catedral de San Patricio.
El sábado salimos del
museo Moma respirando en el alma, todo el arte de los grandes: Van Gogh, Monet,
Cézanne, Renoir, especialmente un cuadro del Niño con Caballo de Picasso, que
tiene una magia diferente. De ahí partimos a pie al Central Park.
En
las calles, pudimos ver caminar sueños perdidos, patrias olvidadas, ilusiones
muertas y otras nuevas, expectativas del futuro, alegrías y tristezas; muchos
vehículos de calidad y nuevos, gente por todos lados; motocicletas hermosas.
Se
calcula que en Estados Unidos circulan unos 120 millones de vehículos y por eso
el tránsito a veces, en algunos lugares, es a paso de tortuga. En el camino
vimos pasar una limusina blanca muy larga, nueva e impactante, de cuyas ventanas colgaban unas damas felices; sacaban
la cabeza haciendo bullicio para que las vieran.
Resulta
interesante cómo nos sentimos más 'grandes' o especiales los seres humanos
cuando disfrutamos del confort y lo mejor en lo material, más si es exclusivo.
Recordamos al Gurú Rojo de Oregón que paseaba al mediodía por la ciudad en su
Rolls-Royce, para que le vieran sus discípulos, y era como una bendición para
ellos. Pasan carros de lujo enormes y también autos comunes, trasladando a
algún funcionario de gobierno.
Seguimos
conversando y llegamos al parque. Como está grande para solo recorrerlo a pie,
Antonio y Luis estuvieron pensando en qué llevaban al Gurú, si en un carruaje tirado por caballos o en
bicitaxi tirado por personas. Al final, alquilaron tres bicicletas de 15
dólares las dos horas, y partimos. Apenas
entramos, encontramos parejas
bailando tango con música que evocaba un tiempo de antaño. Nos quedamos
disfrutando un rato, casi con ganas de bailar, pero nos resistimos y
continuamos. En el camino no me quedó otra opción, para calentar el recorrido,
que decirles al querido Gag-Pa Antonio López y al querido Getuls Luis Marques
que eran una “vergüenza de discípulos”, que necesitaba discípulos más ricos, no
tan ´ratones´.
Viendo
las cosas de manera profana, se 'jugaron' una 'fortuna' por su Maestro... La
gente pasea en limusina, en carrozas, taxis; el Gurú Rojo en sus carros caros y
al pobre Gurú nuevo lo llevan caminando, en el 'subway' y en bicicleta de unos
dólares… "Se nota que aún no merezco algo mejor", les 'reprochaba' a
viva voz mientras pedaleábamos como tres chicos despreocupados.
Las
risas fueron tantas que nos agitamos y paramos a disfrutar del gusto de vivir la
sencillez y el amor de la amistad. Estuvimos tan a gusto
que se vino la noche y hubo que acelerar el paso para devolver las bicicletas,
ahí le costó un poco más a Luis. No crean que porque está excedido de peso o le
falta entrenamiento, solo fue porque tuvo que llevar la capa del Gurú en una
canasta y eso le jugaba en contra en las subidas.
A
veces venían otros ciclistas y nos rebasaban como relámpagos, pero lo mejor fue
en una cuesta grande, donde nos pasaron dos damas que iban corriendo. Lo
asombroso fue cuando a los 15 minutos de camino del sitio donde nos habíamos
detenido a meditar, Antonio se dio
cuenta de que había olvidado su cartera, la cámara y el celular en un banco;
entonces, cansados y todo, regresamos rápidamente para ver si los objetos aún
estaban en aquel lugar.
Diligente
y solidario, nuestro querido Luis nos pasó a una velocidad de vértigo,
llevándonos una buena ventaja. La bajada le fue favorable y encontró las cosas.
Más risas y las felicitaciones al veloz ciclista.
Terminamos
a las 10 de la noche, felices como niños que estuvieron de aventura, y en
realidad eso fue. Una aventura donde disfrutamos de cada lugar: de puentecitos
románticos con arroyos, de bancas de reposo para mirar el lago o algún río, de
conversar mostrándonos tal cual somos, de senderos angostos y anchos, del
atardecer increíble con el Sol poniéndose entre edificios al fondo de un gran
lago, dándole calidez y cariño a tanto cemento, el último toque de energía a
los árboles. Lo más sutil, la meditación en una pequeña laguna interior
mientras se acercaba la noche…
Por
supuesto, debo aclarar, por si alguien se toma en serio la divertida ironía,
que es todo una muy buena broma para nosotros mismos, porque Antonio y Luis,
como mucha gente de la Orden, son nobles y muy generosos. Pero hubo una
promesa, que sería de conocimiento mundial, la forma cómo 'maltratan' a los
Gurús en este sector, y estoy cumpliendo con 'denunciarlo'.
Fue tan bella experiencia recorrer ese parque,
pudiendo parar en cualquier lugar para disfrutar del aire, de cada paisaje, del
atardecer, de conversar, de buscar senderos que terminaban a la orilla de una
laguna o arroyo, hasta un obelisco muy interesante que nos recordó la enseñanza
de nuestros Maestres, donde cuatro escorpiones posaban y lo sostenían en su
base a manera de guardianes de una cultura ancestral.
Es
tan bueno el paseo de esa manera, que recomiendo que nadie se pierda esa
experiencia en familia si visitan este lugar u otro parque. El agua corriendo
de diferentes maneras, la puesta de Sol; lo repito porque estuvo increíble al contemplarla
desde la orilla del lago, donde también aprovechamos para estar unos momentos
con nosotros mismos en unos instantes de quietud y meditación.
Los
pequeños puentes peatonales, árboles, aves, la paz de la naturaleza en ese
contraste enorme con ese entorno de tanto cemento y edificios altísimos que
tapan el Sol, menos en el parque. Todo eso hace que ese pulmón sea un paraíso
fuera de lo común.
Al
partir de NY nos dimos cuenta que hasta el vecino de en frente estaba atento de
nosotros; un desconocido que nos observaba sentado en su silla. Cuando salí
para subirme al auto, como no sabía cuál era y dudaba, pues había dos carros
blancos, me dijo en inglés: “Jesus, Jesus, it's that!", señalándomelo; reí
mucho y le agradecí.
Un
trozo de un poema hermoso, de una poetisa mexicana, expresa algunas cosas
contundentemente…
NIÑO GIGANTE
… ¿Su corazón? ¿Acaso
tiene corazón?
Un manantial de dólares
resbala por su arteria profunda: Wall Street.
Apenas llega el sol, leve caricia, roza la piel
del hombre.
Los muros se agigantan solitarios. El corazón de
Nueva York es un desierto,
Donde viven los cactus en soledad eterna.
No se toca la tierra, no se siente
Su voz vital, ni su caricia húmeda;
Pero yo sé que llora allá, bajo
los túneles, ahogada en esta primavera
Por la invasora lanza de los "subways"…
Aquí también lloran los hombres
Pero el llanto resbala, por el pecho impasible
del gigante dormido…
Margarita Paz Paredes.
La alegría y
la amistad compartida con amor hacen del Sendero, un camino de luz en la
realidad cotidiana, integrándonos al Todo.
Gurú Constancio Ashram I. Mundial Coat. 15-7-15
Muchas gracias por compartir sus palabras, Maestro.
ResponderBorrarMuchas gracias por compartir sus palabras, Maestro.
ResponderBorrarGuru que FELICIDAD me da este BlogSpot tan informativo y tan objetivo acerca de la disociacion que hay entre los newyorkinos de ese gran sistema llamado NEW YORK CITY, tan llenos de hierro y atrapado en las falsas nesecidades.
ResponderBorrarMe da ALEGRIA saber que sigue comprometido con la expansion de esta gran RED en la cual todos estamos en la busqueda de alinear una sola conciencia para alcanzar la felicidad y amor pleno contribuyendo a nuestros semejantes las herramientas necesarias para poder unir esta gran red.
Un furte abrazo lleno de bendicion donde quiera que se encuetre en este momento.
Edgar Rodriguez
CD Juarez ,Chihuahua. Mexico