El Yoga, una experiencia
profunda en los niveles más sutiles de lo humano.
Esa particular vivencia, se vuelve única cuando
experimentas el Yoga en los niveles más allá de la persona, en la mente
superior, espiritual, y por eso es que no puede transferirse; tampoco
adquirirse haciendo solo cursos o por medio de completar diferentes
conocimientos y prácticas, más si se las hace, con el propósito de recibir un
diploma. Esta disciplina milenaria trasciende el intelecto y requiere un
esfuerzo profundo y real de cada persona que quiera vivir el Yug.
Es por ello que no se debe cobrar por impartir las
clases. Si realmente queremos inspirar o usar el Yoga como herramienta de
crecimiento para todos aquellos que buscan la verdad, no debemos
mercantilizarla. Claro que en las sedes de la RedGFU y otros lugares se cobra
una cuota social, de mantenimiento, que como un club incluye múltiples
actividades gratuitas, entre ellas el Yoga, pero no es para el profesor, ni
para una empresa en particular, es un donativo que sirve para seguir
difundiendo el Yoga hacia otros seres humanos.
No vendes la Realización, es algo a lo que tenemos
derecho todos, por esfuerzo individual, no por canje o por conveniencia, sino
más bien porque nos mueve un espíritu solidario.
Es simple, no es lo mismo dar algo con la
expectativa de recibir una recompensa, que simplemente dar como un acto de
generosidad, pensando en que otros seres humanos vivan también una experiencia
trascendental, que les lleve a una transformación de su persona y se conecten
con su Ser. Por eso, en este linaje recomendamos usar el Yoga como una
herramienta de ayuda mutua, de amor superior, sin dogmas o doctrinas, a fin de
seguir avanzando en el camino hacia la iluminación, sin excluir o marginar a nadie.
Por
supuesto que cada uno puede ver y usar el Sistema Yoga como guste, adaptándolo
y aplicándolo a su manera, en un mundo donde debe fluir la diversidad; pero
debería ser siempre de forma constructiva y respetuosa hacia todos los seres
humanos que de algún modo utilizan el Yoga como un medio de avance espiritual.
Ya sabemos que todo tiene algún “beneficio”, que de
alguna manera está bien que se presenten aspectos disímiles y se trabaje en los
diferentes niveles de la consciencia, dentro del mismo conocimiento, a la
búsqueda de la 'verdad total'. Además, deben existir contrastes, como medios de
seguir desarrollando la capacidad de darnos cuenta. Sin embargo, es importante
informar y orientar, de tal manera que los frutos de la disciplina sean
verdaderos. En suma, a la hora de elegir dónde practicar Yoga hay que hay
establecer diferencias sustanciales, especialmente en lo relacionado con el
amor que debiera fluir de un profesor, un discípulo
o un Gurú. Sus hechos deben
ser la imagen viva de la experiencia del Yoga; deben ser capaces de inspirar
algo especial, que sirva para espiritualizar nuestra vida y beneficiar al
mundo, sin mezclar lo personal o sacar
algún tipo de ganancia.
Por eso, el Yoga, como un sistema integral para el
desarrollo humano y transpersonal, tiene un linaje y un legado Espiritual de
Amor y Sabiduría que vienen desde tiempos muy remotos por medio de la magia que
produce el servicio al planeta y a todas sus criaturas.
Ecuador. Guayaquil. El Instituto Ollantay mantiene un fuego
encendido y en cualquier momento se expandirá como RedGFU. Como siempre, lo
difícil es elegir entre el desarrollo humano espiritual y el dinero. Es que
cuando se mezclan las dos cosas a la hora de trasmitir lo esencial de una
Tradición, surgen las contradicciones, y es generalmente la materia la que
termina por imponerse, a menos que el discípulo sea capaz de tomar el control y
hacer prevalecer el llamado de su conciencia profunda.
La magia del crecimiento espiritual en un lugar se
da cuando fluye el servicio a la vida sin tomar nada para sí mismo. Lo bueno es que en ese lugar hay gente interesada en un Yoga más profundo y
con línea y tradición. Entonces, tarde o temprano fluirá lo mejor de las
personas y todas las etapas vividas servirán de base, para algo sólido y real.
Ashram de Bucay. Una
muy buena convivencia dentro de la naturaleza apasionada del lugar, rodeados de
aves y plantas, a la orilla de un río con agua pura que fluye de la montaña.
Empezar al amanecer meditando, percibiendo la naturaleza, mientras van
desperezándose las aves, que acompañan con sus trinos, mientras las ranas optan
por dormir, resulta hermoso e inspirador; es un alimento para la persona que
somos y la esencia que estamos tratando de volver a encontrar. Así de simple.
Luego buscar lo sagrado de la mejor manera posible,
conversando, compartiendo, aprendiendo todos de todos. Asanas, talleres, y al
atardecer, mientras meditamos, vuelve el canto de las ranas, de los grillos, en
tanto que los pájaros se entregan al silencio...
Quito. Cuando la
lealtad a un Sendero y a su propio ser es parte del Iniciado, todo lo que
ocurre como dificultades, pruebas, crisis, no lo apartan del camino, solo le
enseñan por dónde debe dirigir sus esfuerzos, qué debilidades debe fortalecer.
El dinero
siempre es una prueba en todos los niveles de la conciencia, detrás del dinero
está el ego, que necesita afirmarse, entonces caemos en la trampa fácilmente
cuando no hay quien nos ayude a verlo.
Ese proceso es tan fuerte e inconsciente, que no
escuchamos ni a la gente que nos ama verdaderamente. Es peor aún cuando hay
seres humanos que conocen de los diferentes niveles de la conciencia y
manipulan a las personas por medio de su ego.
Quito tiene un potencial espiritual y va muy bien.
El ashram se va afirmando, el grupo humano es muy valioso y pronto la sede
actual les quedará muy chica. La gente de la RedGFU y la Orden en Ecuador,
ahora sí, va encaminada a tener una Cámara de Iniciación para ese país.
La mitad del mundo y sus fenómenos electromagnéticos.
Solo mirar lo que pasa con el agua al ubicarse en un lado o el otro de la línea
del Ecuador marcada exactamente por GPS y se puede entender una parte de esta
gran enseñanza del Maestre Serge R. de la Ferriere, que sugiere que los
Iniciados del norte vayan al sur y viceversa. Solo alejar un recipiente con un
hueco a un metro de la línea, para que el agua que se vierte en el mismo, al
irse por el orificio gire de manera diferente de un lado y del otro. Además es
divertido e interesante lo que sucede con la gravedad justo encima de la línea
que divide.
La propuesta fuera de lo normal, y que resultó muy
interesante, fue hacer un Ceremonial de domingo en un santuario de los Yumbos,
en Tulipe. Aunque un poco incómodo al principio, terminó en algo realmente
especial. El Lugar elegido fue justo sobre la línea del Ecuador que pasa
también por ese lugar Sagrado en otros tiempos.
La civilización yumbo (del 600 u 800 DC hasta la
conquista española, alrededor de 1660) fue anterior a la de los incas. Los
yumbos fueron un pueblo amante de la paz, autónomo, independiente, personas
maduras y abiertas a las relaciones exteriores.
Los incas trataron de conquistar a los yumbos entre
1520 y 1534, pero los juzgaron por ser 'gente desnuda' y pobre, de modo
que prefirieron dirigirse a Quito. Los
yumbos finalmente aceptaron la dominación española. Su civilización fue, al
parecer, aniquilada por las epidemias introducidas por los invasores
europeos
(15.000 murieron entre 1560 y 1570), las guerras locales y la erupción del
volcán Pichincha, en particular la de 1660, que cubrió Tulipe con ceniza
volcánica. Sin embargo, afirman en la actualidad que hay descendientes directos
de los yumbos.
En la región de Tulipe abundan las 'tolas'
-pirámides truncadas de aproximadamente 20 metros (65 pies) de altura, altura
que era una indicación de señorío entre los habitantes. Construidas con tierra
y una mezcla de otros materiales, las estructuras más importantes tienen
escaleras o rampas.
Se cree que sirvieron como viviendas y como espacios
ceremoniales, a juzgar por los sitios funerarios situados en las inmediaciones.
Aspectos de la vida y la muerte que para los yumbos estaban inextricablemente
entrelazados. Las cuatro 'tolas' principales y guardianas, situadas en los 4
puntos cardinales, la cara del Valle Sagrado de Tulipe y las 'piscinas' hacen
de este lugar algo muy especial.
La interacción de círculos, cuadrados y cruces
formadas por sus posiciones y ángulos son culturalmente significativas. También
pueden apreciarse la pendiente de la piscina y las paredes, construidas
ligeramente hacia fuera, en un ángulo de 15 grados para ayudar a la
estabilidad. Una de las piscinas contiene un monolito con el símbolo de la
fertilidad fálica. Las piscinas fueron conectadas por una red de canales para
transportar el agua.
El agua fue un elemento clave de la vida yumbo, con
sus propiedades curativas y purificadoras. Al igual que un gigantesco espejo
que refleja el cielo, y la gran piscina circular, permitían a sus sabios
observar el paso del sol y la luna. Las aguas en la piscina simulaban el
apresamiento de la luna, atrapándola en el mundo de abajo, terrenal. Los
creyentes lanzaban pequeñas piedras del río en la piscina, como parte de un
ritual, recibiendo de ese modo el espíritu del agua, que se manifestaba en los
círculos concéntricos.
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La geometría de la piscina circular es fascinante.
Hoy en día aún se ve muy interesante su forma redonda, un símbolo de la
perfección, la eternidad y el infinito. El círculo imita tanto la forma de la
luna llena como del sol y, posiblemente, la madre naturaleza en gestación.
Estaba formado por cinco círculos concéntricos de
piedra, y los arqueólogos han descubierto una caída significativa de la sombra
en la rampa de acceso, que coincide con el 6 de mayo, la fecha inmediata entre
el equinoccio de primavera y el solsticio de verano, cuando terminan las lluvias y comienza el verano.
Una gran roca, cerca al río, tiene petroglifos con círculos concéntricos,
espirales, y diseños antropomorfos, que representan a los órganos reproductores
masculino y femenino, que simboliza la eternidad y el infinito, la vida, la
tierra, la humanidad, la divinidad y la fertilidad. Lo bueno es que este
pueblo, dejo una interesante y humilde huella en esa búsqueda de conexión con
el planeta.
La Iniciación en la ciudad es difícil, te absorbe la vida
cotidiana. Sin embargo, es posible tomar
el control de las circunstancias cultivando una verdadera autodisciplina. Sin
esa herramienta, sigue siendo casi imposible mantener cualquier estado de
conciencia alcanzado.
Imaginemos qué puede pasar con cualquier ser humano
en los vaivenes de la conciencia. Aun el propio Siddharta Gautama, el Buda,
tuvo momentos de total inconsciencia o vida sin sentido, incluso con vicios
bastante mundanos. Como lo cuenta el maravilloso Herman Hesse:
"Siddharta, el agraciado hijo del brahmán, el
joven halcón, creció junto a su amigo Govinda, al lado de la sombra de la casa,
con el sol de la orilla del río, junto a las barcas, en lo umbrío del bosque de
sauces y de higueras. EI sol bronceaba sus hombros brillantes al borde del río,
en el baño, en las abluciones sagradas, en los sacrificios religiosos. La
sombra se adentraba por sus negros ojos en el boscaje de mangos, en los juegos
de los niños, en el canto de su madre, en los sacrificios religiosos, en las
enseñanzas de su padre y sus maestros, en la conversación de los sabios. Ya
hacía mucho tiempo que Siddharta participaba en las conferencias de los sabios.
Con Govinda se entrenaba en las lides de la palabra, en el arte de la
contemplación, de saber ensimismarse. Ya podía pronunciar quedamente el Om, la
palabra por excelencia. Había conseguido decirlo en silencio, aspirando hacia
adentro; aprendió a enunciarlo calladamente, aspirando hacia afuera, concentrando
su alma y con la frente envuelta en el brillo de la inteligencia. Ya sabía
entender el interior de su atman indestructible en el mundo
material"…
Inclusive este ser humano tan especial, en una etapa
previa antes de su iluminación total, luego de ser un genuino y sabio brahmán,
pasar a seguir el camino de los Samanas, con renunciamiento a todo, incluso a
las necesidades mínimas de su cuerpo, que le permitieron llegar a momentos
sublimes, el día que encontró a Kalama, una mujer muy fina, que vendía su amor,
empezó una vida normal, ganando dinero para aprender con ella el arte del amor,
y terminó haciendo lo que hace cualquier comerciante, apostando, comiendo
carne, bebiendo, despilfarrando y totalmente olvidado de la conciencia de
unidad. Luego de varios años de dispersión y apego a lo mundano, retornó al
Sendero y realizó la conciencia de Buda.
Desde esta perspectiva, qué podemos esperar de los
que recién comenzamos un Sendero. Apenas nos descuidamos, nos absorbe la vida
común y nuestra conciencia se nubla, por lo menos hasta que volvamos a afinar
nuestra visión interna. Lo bueno de la historia de los grandes sabios, mujeres
y hombres, es que nos recuerdan que aunque pasaron por momentos de verdadera
inconsciencia, en un momento dado retomaron el Sendero, cargados de
experiencias humanas. En definitiva, todos tenemos esperanza de evolucionar y
alcanzar sus pies por alejados que anduviésemos. Podemos entonces afirmar lo
que ellos mismos dijeron, que en algún momento todos, seremos Budas, Cristos...
O que ya de alguna manera lo somos, pero no lo sabemos aún.
Meditar es construir una hermosa playa personal, armada poco a poco con
infinitos granitos de arena, que se van sumando todos los días por medio de las
autodisciplinas; casi no se notan, porque son muy pequeños y parece que no se
avanza casi nada en ese esfuerzo diario, pero un día, empiezas a visualizar ese
lugar hasta que ya tienes en tu interior
donde sentarte cómodamente, a disfrutar de la paz y la plenitud de tu
maravilloso y silencioso mar interno…
Gurú
Constancio Saltillo y Monclova, Mex. 12-3-2015
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