martes, 7 de agosto de 2018

Cartas de Coatepec 5

¡Cuántas cosas se pueden expresar o intentar decir de la fuente que nos da la vida, la gran inteligencia que nos asiste! Todas serán limitadas, pero tal vez solo baste con declararse agradecido y feliz por el hecho de estar vivo.

Este planeta es un paraíso en todas partes, creado para el gozo de todas las especies, especialmente de los seres humanos. Y si nos proponemos, podemos vivir en un estado de amor. El obstáculo radica en que estamos fuera de centro, desconectados del ser.

Para disfrutarlo solo se necesita llevar ese paraíso en nuestro interior. El día que la conciencia confirma esa gran enseñanza, que todo comienza en nuestro interior, casi todo cambia, pues depende de uno mismo, no de las circunstancias externas.

Por eso, el cambio más grande que debemos hacer es asumir la responsabilidad de nuestra vida y del nivel de felicidad o plenitud que queramos tener, dejando de ser o parecer víctimas. Ya sabemos que todo es más fácil si la culpa la tienen otros, el clima o las circunstancias, así nos podemos quejar, criticar… sin asumir nada.


Pero cuando dejamos de ser víctimas y tomamos la conducción de la vida, entonces todo depende de nuestro esfuerzo. Nos ocupamos y podemos perseverar más fácilmente en alcanzar metas, nuestros sueños, todo, porque ya sabemos que no podemos abandonar, por causas externas o ajenas a nosotros, el Sendero que elegimos; así podemos vivir, por elección y esfuerzo, en un estado natural de alegría.

Salí de Coatepec, el ashram maravilloso, donde vivimos el amor en la familia, el amor hacia lo Sagrado y donde cumplimos un trabajo a favor de los seres humanos. Pero llegué a Villa Carlos Paz, Argentina, y encuentro también el amor en la familia espiritual y personal. Es tan bello para el alma, encontrar y disfrutar de afectos antiguos y profundos, dormir cerca de mi hija y mi hermana, compartir con Viviana y los antiguos amigos, recorrer lugares de la infancia y de los años de la vida con mis padres.

Tanto cambio se da en un ser humano cuando se consagra a Gurú. Es un renacimiento real, porque todo lo anterior parecen recuerdos de otro ciclo de vida, no como en mi caso, de hace solo cuatro años; todo sigue vivo, aquí y ahora.

Entonces confirmo, por toda esa generosa asistencia del universo, que la Tradición Iniciática donde estoy trae una gran fuerza, mucha luz para el mundo, y me sigo entusiasmando con el esfuerzo que hacemos por el desarrollo de la conciencia de los seres humanos, empezando con uno mismo...


- Maestro, ¿puedo ser tu discípulo?

Así se expresaba un amigo de muchos años. Además agregó que él piensa que siempre fue discípulo, ya de antes, pero que no se daba cuenta. Me conmovió porque siempre fuimos familia, pero él no lo veía así, hasta ese día.

Se adhirieron varios amigos, con un planteamiento similar. Fue raro este viaje. Percibí a mucha gente cercana que veían más al Gurú que a Constancio. Claro que casi nada cambió: la confianza, la amistad, el vínculo de alma, solo que ahora es más fuerte y profundo. 

Nos ayudaremos más directamente, porque se puede ofrecer un poco mejor la posibilidad de hacer de puente a lo Sagrado, ya que vivimos para servir sin dejar de ser felices.  Como expresa una enseñanza de la Teúrgia, la más alta y verdadera Magia es vivir para infundir la vida divina, oculta en el interior más sublime de cada ser humano.

Enseñaba Omraam Mikhaël Aïvanhov: "Cada día debemos trabajar por volver nuestra vida más pura, más intensa, porque es esta vida la que producirá fenómenos de la más elevada magia en los corazones, en las almas, en las inteligencias, en las entidades y las fuerzas de la naturaleza, e incluso en los objetos materiales".

¿De qué sirve venir a la tierra para llevar una existencia mediocre? Comer, beber, dormir, apañárselas un poco para asegurarse la subsistencia, tener algunas aventuras pasionales de las que salimos más o menos destrozados… ¿Qué es todo esto al lado de la eternidad de esplendor que nos espera si aprendemos esta única cosa: cómo vivir? ¿Por qué los Iniciados poseen el equilibrio, la paz, la alegría? Porque han trabajado en purificar su vida, en hacerla hermosa y poderosa. Han comprendido que la verdadera magia se encuentra en la vida y en ninguna otra parte. No hay magia más elevada que poder vivir e infundir la vida divina, animar a los seres, estimularles, exaltarles, resucitarles".

Tanto aprendido sobre el tiempo y la vida con los Maestros de la Orden del Acuarius y otros Maestros, especialmente la inspiración permanente del Hermano Mayor, vivo en mente y en espíritu, recreándose a través de sus discípulos. Realidad y relatividad,  lo invisible esencial y lo visible material. Le damos importancia a los solsticios y los equinoccios y sabemos que en el norte es primavera, cuando en el sur es otoño, y la primavera y el otoño, el verano y el invierno, se dan en el mismo día, en el mismo tiempo, lo mismo que lo humano y el ser. Lo humano es lo relativo y efímero, la forma cambia permanentemente y la existencia continúa eternamente, el espacio y el tiempo, de alguna manera a veces incompresible para nuestra mente, son curvos y continuos.

El ser, como inteligencia, es la causa de todo… del espacio, del tiempo, y no tiene límites.  Lo humano es relativo, temporal, diverso; cada individuo es un mundo y hasta podría decirse, viéndolo desde cada alma, un microcentro del universo. El ser, en cambio, es el mismo para todos; es la unidad. Por eso necesitamos vernos como seres.

Podremos diferenciarnos por el color de la piel, el credo, la lengua que hablamos, el país de origen, las costumbres y tradiciones, estar en una institución o en otra, o tener un plato de comida preferido para cada uno; sin embargo, hay algo que nos vincula a todos: la conciencia de unidad. Aquí es donde debemos dejar cualquier diferencia. Eso me inspira estos días cercanos al 28 de julio, día del natalicio de Don José Manuel Estrada Vázquez, el Hermano Mayor, por la sabiduría y el amor que brindó y sigue brindando al mundo como mente, en un linaje espiritual de servicio a la humanidad.

Así que es un momento para unirnos, integrarnos, reconciliarnos. La semana de la Unidad Humana debe ser una realidad, empezando por nosotros mismos y con todas las personas con quienes tenemos diferencias. Realicemos, pues, la verdadera fraternidad universal y humana.

- Maestro, el amor espiritual entre personas espirituales, que se atraen fuertemente simplemente por yug o identificación, sin presencia de sexo, además con Yama, ¿cómo debemos cultivarlo para que sea sostenible y no se contamine?

Bueno, todo vínculo no se contamina si fluye y se cultiva el diálogo en todos los niveles, de manera auténtica, sincera, más si es una relación espiritual. Si son seres humanos solteros, libres, adultos, hay que aclarar que el sexo no contamina; al contrario, sobre todo si se vive como un potenciador que nos lleve a una espiritualidad.

En realidad si nos sacamos los prejuicios, la sexualidad que incluye la genitalidad, da vida en todos sentidos. Contamina solo si la vivimos como algo pecaminoso, sucio, o usando al otro el lugar de disfrutar juntos.

Pero si el asunto es conectarse como almas porque ya tenemos pareja y porque la atracción se da en los planos más sutiles, entonces eso puede suceder entre amigos, familiares, colegas, discípulos, Maestros, y no se necesita, ni conviene mezclar la genitalidad, porque vamos construyendo una familia espiritual que nos acerca a todas las almas. Más aún, el ser no tiene sexo. La verdadera sexualidad no precisa ni depende de la genitalidad, porque debemos trabajarla como vínculo, ya que hay polaridad en todos los niveles de lo humano, y eso nos sirve para ir a una identificación con nuestro ser y el ser del otro.

Los sabios afirman que el ser es Verdad y lo humano es Realidad, pero lo concreto es que vemos solo la realidad y la Verdad sigue invisible, pero la podemos percibir y comprobar si observamos más profundamente.

Existe unidad y diversidad, la vida en la unidad del ser y en la diversidad de la naturaleza y de lo humano. Pero hay que desarrollar los ´Ojos que ven´, ya que para captar diferentes dimensiones debemos desarrollar todos los ´ojos´ y  posibilidades de nuestra conciencia.

Esto coincide con lo que manifestaba Hugo de San Víctor (el primero de los grandes místicos victorinos), que distinguía entre cogitatio, meditatio y contemplatio. La cogitatio, o simple cognición empírica, es una búsqueda de los hechos del mundo material a través del ojo de la carne. La meditatio es una búsqueda de las verdades psíquicas (la *imago de Dios), usando el ojo de la mente. La contemplatio, por su parte, es el conocimiento mediante el cual la mente superior, el psiquismo o alma se unifica instantáneamente con la Divinidad, en la intuición trascendente revelada a través del ojo de la contemplación.

Ahora bien, aunque la terminología que nos habla del ojo de la carne, del ojo de la mente y del ojo de la contemplación sea cristiana, en todas las tradiciones psicológicas, filosóficas y religiosas principales nos encontramos con conceptos similares. Los «tres ojos» del ser humano se corresponden, de hecho, con los tres principales dominios del Ser descritos por la filosofía perenne, el ordinario (carnal y material), el sutil (mental y anímico) y el causal (trascendente y contemplativo). Estos distintos dominios ya han sido descritos en todas partes y también entre los científicos, psicólogos y los filósofos tradicionales.

Las tres fuerzas principales que mueven el universo se sintetizan en el AUM y ahí todos somos UNO.


  Gurú Constancio                                Ashram M. De Coatepec 28-7-2018



*Imago: la imagen interna, representación determinada y creada inconscientemente. Imagen mental idealizada.

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