El Fuego Sagrado
El fuego Sagrado tiene una función y un significado profundo en el desarrollo y evolución de la consciencia, es el puente con lo superior a lo humano. El fuego como elemento, siempre es puente, purificador y transformador, quema lo que no sirve y aleja lo inferior. Como es un elemento que sirve de paso a otra dimensión no se pone en una mesa, mucho menos abajo en el suelo porque puede servir de puente con lo inferior; preferiblemente colgado a igual o un poco más arriba de la altura de la frente cuando estamos parados.
El
fuego que se enciende con la intención que sirva de puente con lo Sagrado le da al hogar una
posibilidad de ir a una dimensión mas sutil, alegre e integrada de la vida. Diría que con un fuego encendido y las personas conectadas, desaparece el estado de separatividad que muchas veces tenemos.
El fuego Sagrado tiene una función y un significado profundo en el desarrollo y evolución de la consciencia, es el puente con lo superior a lo humano. El fuego como elemento, siempre es puente, purificador y transformador, quema lo que no sirve y aleja lo inferior. Como es un elemento que sirve de paso a otra dimensión no se pone en una mesa, mucho menos abajo en el suelo porque puede servir de puente con lo inferior; preferiblemente colgado a igual o un poco más arriba de la altura de la frente cuando estamos parados.
posibilidad de ir a una dimensión mas sutil, alegre e integrada de la vida. Diría que con un fuego encendido y las personas conectadas, desaparece el estado de separatividad que muchas veces tenemos.
Limpia y prepara el ambiente para cualquier
acto ritual, meditación, Ceremonial como Antenaje o momento de intimidad
Sagrada en la pareja.
Con
el tiempo si se observan bien, verán que a veces se vuelve afín con el estado
de ánimo, se “apaga con nosotros”, nos sirve para volver a encendernos y
recordar la meta de volver a la fuente. Mirar el fuego en la meditación te
lleva hacia el alma, aquí es conveniente sobre una mesita usar otro fuego para
mirarlo con los ojos entrecerrados. Lo mejor que podemos hacer en un hogar es
mantener un fuego encendido. Cuando se enciende además de una oración especial
y constructiva, es un momento de abrir el corazón, reconocer y aceptar nuestras
cualidades positivas y negativas, sanar el alma, sonreír a la vida, y la vida
nos sonreirá.
Sentir
la luz por nuestras venas, irradiarla con alegría, convivir, compartir. Ese
será el sentido de mantener un fuego para que en ningún momento se nos olvide.
El
fuego purifica, anima e ilumina y así se notará esa sutil diferencia en el
hogar o en el lugar donde se encienda. Con el tiempo nos damos cuenta que lo
sutil es más poderoso que lo denso. El fuego aleja a las formas de vida
inferiores a la vida humana, aunque no lo veamos, eliminamos “parásitos” en el
lugar. Ese es el efecto que produce el humo del incienso, especialmente cuando
son resinas puras como el Incienso, Sándalo, Mirra… además de perfumar el
ambiente.
La
mejor protección para pasar una noche en un bosque con animales depredadores
nocturnos, es encender una hoguera, nada peligroso se acerca, solo que tenga
dos piernas.
Veo un mundo que se llenará de hogares con un
fuego Sagrado encendido, con seres humanos más conscientes en busca de lo mejor
de sí mismos. Imaginen que cada fuego “encienda” más fuegos, más consciencia de
la vida, más unión con la Inteligencia que nos dió esa vida. De alguna manera
esos fuegos están unidos, ayudando a circular la luz y formando en lo sutil una
gran llama en el mundo. Ya estamos en estos momento muchas personas
sintonizandonos por medio del fuego en el Antenaje y el Ceremonial. Poco a poco
notaremos esa fuerza en todas partes.
Es muy antigua su utilización, en todas las
grandes culturas, en realidad las más sabias, nos cuenta la historia en un
artículo en Wikipedia, “El fuego sagrado de Vesta, quien en la mitología romana
era la diosa de la tierra, del fuego y del humo, era central en la piedad
romana. Durante
siglos, hubo una llama eterna que ardía en el Templo de Vesta en el Foro romano. Según Dionisio de Halicarnaso, los romanos creían que el fuego estaba íntimamente vinculado con la fortuna de la ciudad y se veía su extinción como la premonición de un desastre.
siglos, hubo una llama eterna que ardía en el Templo de Vesta en el Foro romano. Según Dionisio de Halicarnaso, los romanos creían que el fuego estaba íntimamente vinculado con la fortuna de la ciudad y se veía su extinción como la premonición de un desastre.
En
origen, la práctica de mantener un fuego era central para el bienestar doméstico:
para los romanos, mantener un fuego constante era a menudo más fácil que volver
a encender uno con regularidad. El culto de Vesta creció a partir de esta
práctica. El cargo de vestal, encargada de cuidar del fuego sagrado, era
desempeñado en origen por las hijas del rey de Roma, quienes, como otras
jóvenes romanas, estaban encargadas de cuidar el fuego del hogar.
El
fuego en el templo de Vesta, que era representada ella misma como una llama
viva (Ovidio, Fastos, VI), era por tanto el fuego del hogar de la ciudad. Como
la extinción del fuego del hogar era una desgracia para una familia, de la
misma manera la extinción de la llama de Vesta se pensaba que traía consigo un
desastre nacional para Roma, lo que explica el severo castigo (normalmente la muerte)
de las vestales que permitieran que el fuego se apagase.
Las
vírgenes vestales (originalmente eran dos, pero luego se incrementaron hasta
ser cuatro y luego seis) servían durante treinta años, cuidaban del fuego
sagrado y llevaban a cabo otros rituales relacionados con la vida doméstica;
entre ellos, estaban el ritual de barrer el templo el 15 de junio y la
preparación de comidas para determinadas fiestas. Por analogía, también
cuidaban de la vida y el alma de la ciudad y del cuerpo político a través del
fuego sagrado de Vesta, que se renovaba cada año en las calendas de marzo.
El
fuego sagrado ardía en el Templo circular de Vesta, que fue construido en época
anterior a la República romana, en el Foro romano bajo la colina Palatina.”
En
Machu Picchu, en la fiesta del fuego Nuevo, cuentan que antes de renovar el
fuego en el
Amarre del Sol, apagaban todos los fogones, como acompañando el momento en que “moría el Sol” al ser el momento justo donde más alejado estaba del planeta, así con todos los fuegos apagados del Cuzco, se volvía a encender y para encender el “fuego nuevo” se utilizaba un espejo cóncavo de oro y con la superficie muy brillante que permitía concentrar los rayos del sol y luego reflejarlos sobre un poco de lana de camello, así encender una llama que luego al soplar estaba listo el fuego que era repartido desde una fogata a todos los fogones.
Amarre del Sol, apagaban todos los fogones, como acompañando el momento en que “moría el Sol” al ser el momento justo donde más alejado estaba del planeta, así con todos los fuegos apagados del Cuzco, se volvía a encender y para encender el “fuego nuevo” se utilizaba un espejo cóncavo de oro y con la superficie muy brillante que permitía concentrar los rayos del sol y luego reflejarlos sobre un poco de lana de camello, así encender una llama que luego al soplar estaba listo el fuego que era repartido desde una fogata a todos los fogones.
Actualmente,
nosotros en la RedGFU y la Orden además del Kumba-Mela cada 12 años, todos los
años el 22 de Junio al amanecer, en los Ashram, salimos de las Cámaras Sagradas y formamos
un círculo y el designado para el ritual de renovación del Fuego solicita
permiso para prender simbólicamente esta llama, al aparecer el primer rayo de
Sol en cada lugar sagrado para nuestra Era.
Todo
el ritual es sencillo, pero realmente trascendente, pues se suma el trabajo
interno, sincero y consciente de los participantes de las Cámaras y de todos
los asistentes. Luego el fuego es llevado a los Centros de reunión espiritual,
el Santuario y las Cámaras. Enseguida compartimos el fuego en el Ceremonial o
Antenaje con todos los asistentes. Lo bueno es que este fuego también se puede
llevar a los hogares y es ahí que se transforma en algo importante para la
familia.
Si
el que participa es un miembro de la Orden, es una oportunidad para renovar
nuestro compromiso de realizar un trabajo interno, de generación de luz y
transformación en conciencia al servicio de todos. Ese hogar empieza a ser un
hogar que también sirve al bien común.
Mantener
el fuego fuera y dentro nuestro nos ayuda a que la luz circule de manera
constructiva.
Decía
el Maestro José Marcelli, “Cuando se llega al punto en que las palabras, por sí
solas, ya no pueden expresar algo comprensible para la conciencia humana se
recurre a los símbolos, como “mediadores” o “puentes” entre lo que puede
decirse y lo indecible”.
El
fuego es ese símbolo, pero vivo y más real que muchas cosas más tangibles.
Algo
simple que experimenté, es que el día que encendí un Fuego Sagrado en
departamento de soltero, cuando estuvo por primera vez de visita el Maestro
José Marcelli, es que algo cambió
notablemente y poco a poco desapareció ese estado de Soledad, de miedo o desprotección.
notablemente y poco a poco desapareció ese estado de Soledad, de miedo o desprotección.
El
fuego es de alguna manera el Camino por donde transita la Consciencia desde las
experiencias más densas de la vida humana hasta las más luminosas del Ser.
Entonces
ya sabemos que el Sol es el centro de nuestro sistema solar y es la Fuente de
la energía, de la fuerza de la vida de todo el sistema. La contraparte humana
del Sol Celeste, es el Sol Terrestre que se encuentra en el Plexo Sacro y
corresponde al Élan Vital o Kundalini, la fuente en nosotros, la libido, la
Shakti, la vitalidad individual. De ahí podemos afirmar que un fuego en un
lugar sirve para una reafirmación consciente de la relación entre la fuente
celeste y el sol terrestre en el hogar o santuario.
Gurú Constancio
Río de Janeiro , 17-10-2016
Gurú Constancio
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