La verdadera práctica de la Teúrgia se manifiesta, cuando ayudamos a otros a encontrar su camino a la consciencia de unidad.
Costa Rica.
Unos días fuera de Coatepec y el ashram se extrañan, por la familia y la fuerza extraordinaria de ese lugar con sus tres Cámaras, que señalan un camino completo de conocimiento y realización hacia la Gran Cámara que es el mundo.
Quien pasa por cada una de ellas y las experimenta en su alma, ingresa al mundo con “ojos para ver y oídos para oír”, ya que, en todo el proceso de años, se va desarrollando el nivel de la persona para su felicidad y el del espíritu para su realización de manera integral, desde lo humano a lo sagrado, poco a poco, sin perder la preciosa humanidad. Aparece entonces el ojo de la intuición que percibe al Ser, y lo esencial se vuelve visible a los ojos del alma.
-Decía San Buenaventura: “Todo conocimiento es una especie de illuminatio. Así pues, existe una iluminación exterior e inferior (lumen exterius y lumen inferius), que nos permite iluminar el ojo de la carne y conocer los objetos sensoriales, una lumen interius, que ilumina el ojo de la razón y nos proporciona el conocimiento de las verdades filosóficas, y una lumen superius, la luz del Ser trascendente, que ilumina el ojo de la contemplación y nos revela la verdad curativa, «la verdad que nos ilumina».
En el mundo externo, encontramos un vesitigium, un «vestigio de Dios», y el ojo de la carne percibe este vestigio (que se manifiesta como una diversidad de objetos separados en el espacio y en el tiempo). En nosotros mismos, en nuestro propio psiquismo -especialmente en la «triple actividad del alma» (memoria, entendimiento y voluntad)- el ojo mental nos revela una “imago” de Dios (imagen interna, aquella representación que la mayor parte de la veces es inconsciente y no coincide con la realidad). Finalmente, a través del ojo de la contemplación, iluminado por el lumen superius, descubrimos el mundo trascendente que existe más allá de los sentidos y de la razón, la misma Esencia Divina. La verdadera realidad fuera de la realidad.
Por el AIM, pasaron iluminados que siguen mostrando el camino desde los planos más sutiles, pues la presencia mental y espiritual de esa gran alma que es el Hermano Mayor se percibe siempre; acompaña también la fuerza en inspiración del Maestro José Marcelli en cada disciplina del ashram.
Pero la vida es muy hermosa en cualquier parte. El viernes 2 de marzo la armonización me tocó por el Caribe, en playa bonita El Limón, Costa Rica. Apenas llegamos a la arena y nos sentamos a meditar, como a las 5 de la mañana. En instantes comenzó a llover y se desató una tormenta con viento fuerte; la lluvia y el frío casi nos convencen de irnos, pero simplemente nos refugiamos en una lona a la orilla de la playa, estuvimos unos minutos viviendo la fuerza de los elementos y nos levantamos para practicar un poco de Wu Shu o Tai Do. El cuerpo comenzó a calentarse y al final con alegría nos fuimos al agua. Ya mojados, no hacía la diferencia, además el baño matutino en el mar es una delicia.
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El horizonte empezó a clarear, se despejaron algunas nubes y aparecieron unos rayos de sol anunciando el amanecer. De repente, se calmó el viento, se fue la lluvia, y cuando mire hacia arriba, mientras flotaba en el medio de la bahía, apareció un increíble arcoiris sobre las dos puntas de la playa, con todos los colores nítidos; a la vez volaron muchas aves que salieron de los árboles de la costa. No podíamos creer lo que estaba pasando, parecía un portal al cielo para nosotros; para coronar. Apareció otro más arriba, los pájaros cantaban, los congos, monos aulladores se hacían notar, los colores se volvieron mágicos. Nos pasamos mirando el horizonte en el mar con el amanecer y los sorprendentes matices en el oeste. Nadie se preocupó de tomar fotos por el momento tan maravilloso, sin viento, todo en paz; sol cálido, aguas calmas y tibias, pura luminosidad, que se notó mucho más, luego de mostrarnos su fuerza y oscuridad la tormenta.